lunes, 27 de febrero de 2012

PIRATAS


Apenas me había alejado de la flota y ya estaba arrepentido de mi aventura marinera, sin gasolina en el deposito, sin tener ni idea de cómo navegar a vela, me encontraba en medio de ninguna parte a la deriva,  las buenas noticias era que el pequeño velero tenia aparejos de pesca, por lo que comida no me iba a faltar y las peores era que no había una gota de agua, por lo que si no encontraba tierra pronto la cosa se iba a poner muy negra.

-     Mira ya se ha despertado – oí una voz femenina aun sin poder enfocarla.
-     ¿Dónde estoy, que ha pasado? Pregunte intentando incorporarme, en lo que parecía una litera.
-     Esta usted en mi barco, no puede moverse porque le mantenemos atado por motivos de seguridad.   Lo encontramos ayer a la deriva y medio muerto dentro de un cascaron, nos debe la vida.  Esta es mi esposa Mamen,  y yo me llamo Pelayo Peláez y soy el patrón del barco. 
-     No digas tonterías – replico rápidamente la voz de una mujer – tu no has salvado la vida a nadie, inútil – le insulto la mujer.  – Le hemos rescatado por que hace semanas que no vemos a nadie, cuéntenos que noticias hay. ¿Se sabe cuándo podremos volver a nuestras casas? – pregunto mientras señalaba con la mano mi uniforme de policía militar.
-     Por lo que yo se, todavía falta mucho para que todo vuelva a la normalidad, si es que alguna vez vuelve, no hay ni gobierno ni organización, lo mas parecido que queda es  una flota de barcos, llena de refugiados, y créanme, aquí están mucho mejor.  ¿Les importaría dejarme en tierra? Para continuar mí camino.
-     No, nos importa, de hecho, nos acercamos a tierra a rellenar los depósitos de agua, solo que tendrás que ganarte el pasaje limpiado el barco y cargando agua. - Dijo el hombre quitándole la palabra a su mujer, parecían el perro y el gato.

El barco era un catamarán de 20 m de eslora, estaba bien equipado cuando esta gente salió de Mallorca, sabían muy bien lo que hacían, los dos depósitos de agua  de 400 l. y el de gasolina de 1500 a tope, un camarote abarrotado de comida, solo les sobraban las teles y los portátiles, que hoy día eran inútiles.

  Mientras hacia unas ñapas en el barco ayudando a Pelayo me entere que el que estaba realmente preparado era el yerno y la hija, fue el que preparo el barco y el que les convenció de salir antes de que las cosas se pusieran realmente feas, ahora no estaban en el barco pero no me contó que paso con ellos.   Cuando termine las ñapas me mandaron a fregar la cubierta, lo cual fue bastante mas agradable ya que Mamen estaba tomando el sol en top less,  era rellenita, con el pelo moreno, rizado, estaba muy morena y llamaba la atención particularmente el tamaño de sus tetas, seguramente operadas, apostaría que una 100 o 105.   Cuando llegue con la fregona a la zona del barco donde estaba tumbada tomando el sol, se incorporo y me miro, con el mal genio que gastaba, yo esperaba que me diera un bufido y me echara de allí, pero para mi sorpresa lo que me pidió era que las diera crema bronceadora.  Así que hay estaba yo en un catamarán en mitad del mar dando crema primero en la espalda y luego en el culo y en las tetas, tenía una erección de campeonato.

-     Quítale las manos de encima a mi mujer, hijo de puta¡¡¡ - era demasiado bueno para durar, Pelayo estaba gritando como un energúmeno con un rifle en la mano, curiosa forma de morir.
-     Tu cállate eunuco¡¡ - le corto Mamen a su marido, colocándose delante mía a modo de parapeto, el hombre no dijo nada mas, bajo el rifle y se metió en la parte interior visiblemente cabreado.
-     Que no te de pena Iván, si por el fuera, te hubiéramos dejado a la deriva, no quería subirte a bordo. – Yo me quede pensando en esto, mientras ella se iba a tranquilizarle al interior del catamarán.

Después de esa bronca la aptitud de Pelayo conmigo paso a ser bastante arisca, el ambiente en el barco era tenso, afortunadamente  no tendría que aguantarlo mucho tiempo, ya que esa misma tarde llegaríamos a tierra, solo tenia que ayudarles a llenar los depósitos del barco y luego me marcharía.

A media tarde avistamos tierra  y un pequeño barco en el horizonte, con los prismáticos pude ver que era una pequeña zodiac con 5 personas tíos armados hasta los dientes.  Le grite a Pelayo que  virara y escapara tan rápido como pudiera.   Al catamarán ya no le quedaba gasolina y la pericia con las velas de Pelayo no era mucha, antes de que empezara la maniobra los teníamos a menos de 100 m. disparando al aire.   Entonces Mamen me entrego el rifle, era una remintong de caza pero afortunadamente tenia un buen visor swarovsky.  Apunte al que manejaba el motor de la zodiac, erre el primer disparo pero vi donde dio y pude calibrar el rifle, el segundo disparo a pesar del movimiento del barco y de la desviación fue un disparo certero, el tipo cayo sobre el motor y la zodiac empezó a dar vueltas; eso nos daba bastante tiempo.   Los piratas abrieron fuego contra el catamarán, impactando algunos disparos en el casco, sin mas consecuencias.  En lo los piratas tiraban el cuerpo de su compañero herido al agua y reaccionaban el catamarán ya había cogido una corriente de viento y se alejaba raudo de la zodiac.

Habíamos escapado por los pelos de los piratas, Mamen se abrazo a mi y me beso.  Yo me temía que la bronca con Pelayo volvería a empezar de un momento a otro.   Pero cuando llego me estrecho la mano con una sonrisa de oreja a oreja.


Por la noche en la cena el ambiente mejoro mucho gracias al episodio de los piratas, para celebrarlo abrieron  una botella de vino español Pesquera gran reserva, no recuerdo de que añada.   Después de cenar, bastante borracho me fui a mi camarote.  Apenas me había empezado a desvestirme cuando se abrió la puerta y apareció Mamen.  Llevaba un picardías transparente rojo y un liguero del mismo color, no llevaba bragitas, lucía un pubis depilado y las tetas le sobresalían de una especie de corsé.   Sin decir palabra se acerco a mi litera y empezó a chuparme los huevos, luego la puso entre sus tetas que estaban durísimas y me hizo una cubana.   Un ruido llamo mi atención hacia la puerta, allí estaba Pelayo, escondido y mirando como un voayeur.

-     ¿Te importa que nos mire? – me pregunto Mamen apretando aun mas mi polla contra sus tetas.
-     No, al contrario, me da morbo joderte mientras nos mira – la conteste metiendo mi polla entera dentro de su boca.

Mientras me follaba su coño depiladito Pelayo empezó a masturbase en un rincón del camarote  y cuando se la metía por el culo y ella pedía mas, el se acerco y se corrió en la cara de sus mujer, yo me corrí dentro de su culo.  Todo estaba lleno de semen.

-     Voy a buscar algo para limpiarnos – dijo Pelayo y  salió del camarote, cuando un fuerte golpe lo impacto en la cabeza dejándolo KO. 

Luego un negro famélico entro en el camarote con un AK-47, yo me lance sobre el arrebatándole el AK, entonces Mamen grito  a mi espalda, me gire y la culata del arma de otro pirata estaba impactando en mi cabeza, dejándome sin sentido.

Cuando desperté me encontraba encerrado en una celda con un montón de gente,  todos eran hombres de mediana edad, ni viejos, ni niños.  Pegada a nuestra celda había otra llena de zombis, que se apretujaban contra los barrotes intentando agarrarnos. 

-     ¿Donde estamos? pregunte a un tipo que me miraba.
-     En el infierno amigo, en el puto infierno, has dejado que te capturen los piratas. -  Debieron abordarnos mientras me follaba a Mamen, pensé. 
-     En sitios peores he estado – dije con tranquilidad, ante el espectáculo dantesco que tenia frente a mis ojos.
-     Somos las sobras de los piratas.  Los niños capturados son adiestrados como piratas, las mujeres son esclavas y  los hombres que no dan problemas, los utilizan como trabajadores para sus plantaciones, el resto, los problemáticos estamos aquí, en el ruedo, vamos a morir dándoles diversión.- Me preguntaba que querría decir con el ruedo.
-     La gente que estaba conmigo en el barco. Una mujer y un hombre ¿sabes donde están? - Pregunte mas curiosidad que porque me importara mucho.
-     Ya te lo he dicho, el hombre se lo llevaron con los demás esclavos a las plantaciones y la mujer se la estarán follando los piratas, no creo que vuelvas a verlos.-  dicho esto se dio la vuelta y se marcho.

Al parecer los piratas utilizaban una antigua plaza de toros como si de un circo romano se tratara,  su espectáculo favorito consistía en soltarnos en la plaza por grupos de 5 a 10 personas normales. Luego empezaban a soltar zombis para que atacaran a las personas, cada vez mas zombis, hasta que el grupo era diezmado. 

 Durante todo el día fueron sacando grupos has que al final quedamos los últimos ocho.  Uno se negó a salir y lo ejecutaron directamente  por lo que no servia de nada resistirse y nos dejo en siete. 

  La plaza no era muy grande y los piratas estaban desperdigados a su alrededor, cerca de ellos había mujeres y esclavos pululando con bebidas, abanicos etc.  Destacaba una especie de palco con un negro enorme que debía de ser el jefe de los piratas, a su lado una bella mujer le masajeaba la espalda.   Me llamo la atención su exótica belleza,  de piel oscura y rasgos asiáticos, pelo largo, negro y liso, parecía una diosa de ébano.  A su espalda un tipo con barba y pinta de guardaespaldas.  No pude ver mas pues los zombis empezaron a aparecer por la puerta.  Era un grupo igual de numeroso que  el nuestro;  a uno de los tipos le entro el pánico y corrió intentando saltar la barrera, pero los piratas lo mandaron de vuelta al ruedo de una patada, el tipo siguió intentando escapar hasta que un par de zombis los cogieron y le mordieron, entonces cuando intento subir de nuevo, un disparo lo destrozo la cabeza.

      Rápido¡¡¡ – grite – agruparos de espaldas a las barrera y manteneros alejados de sus bocas-  los que quedaban se juntaron a mi reconociéndome como su líder.

   La primera escaramuza acabo con todos los zombis con el cráneo o los huesos aplastados en la arena, aguantábamos los seis en pie.  Uno estaba mordido pero continuo luchando.   Luego oímos un gran ovación, no sabíamos que nos esperaba pero no era bueno, nos tiraron un saco, lo abrimos y estaba lleno de armas blancas, todas de pequeño tamaño: destornillador, llave inglesa, cuchillo de cocina y la que yo elegí, una hoz. Entonces abrieron todas las celdas soltado un grupo de mas de 30 zombis,  afortunadamente para nosotros aunque el grupo era muy numeroso muchos estaban cojos o con miembros colgado de otras escaramuzas de fiesta anteriores.  Pensé que por lo menos iba a morir haciendo lo que mas me gustaba y llevándome por delante algunos podridos.

 Los siguientes minutos fueron como un videojuego, yo no paraba de moverme y esquivar zombis, cuando podía cortaba algún cuello o alguna pierna para dejar fuera de combate a los podridos que podía.  Llego un momento que estaba exhausto, mi aguante llegaba a su fin.  Sabia que no debían quedar muchos en pie pero las fuerzas me empezaban a fallar,  de pronto uno de ellos se abalanzo encima mía y caímos rodando al suelo, afortunadamente  su cabeza impacto contra una de las vallas, emanando un liquido negro de su interior.   Como pude me incorpore y vi que ninguno de los podridos me atacaba, estaban ocupados con los restos de mis compañeros, de los cuales ya  no quedaba ninguno vivo.   Me fui acercando lentamente a los podridos.  Por la apariencia parecía uno de ellos, cojeaba de cansancio y mi cuerpo estaba lleno de sangre y vísceras, gracias a lo cual pude acercarme y cercenar la cabeza de los que quedaban uno a uno. 

Cuando no quedaban mas  podridos con los que acabar, mire hacia el palco con la intención de saltar la valla y gastar mis ultimas fuerzas acabando con todos lo piratas que pudiera.   Los piratas no paran de gritar “Brutus, Brutus” ,  entonces un rugido terrorífico a mis espaldas heló mi sangre, me gire y vi un gigante de más de 2 metros de alto y casi uno de ancho.   No me lo podía creer era un zombi gigante, grisáceo, desnudo, con la carne aun intacta y atado al cuello por una enorme argolla.   Ese bicho no me iba a morder, me iba a destrozar.   Por lo menos iba a morir a lo grande.

 Entonces el jefe de los piratas se levanto con la mano en alto y dijo.

-     Por hoy hemos terminado, mañana tendréis mas diversión, veréis al engendro, Brutusss¡¡¡¡¡¡ en acción - hubo silbidos y abucheos pero hizo caso omiso, se levanto de su sillón y se marcho seguido de la chica y el tipo de la barba.   Poco a poco la gente empezó a abandonar la plaza y a mi me volvieron a meter en la celda, ahora solo.

Esa seria seguramente mi última noche, desde luego no era como me la había imaginado, solo en una celda fría y maloliente acompañado por los gritos de los zombis. 

Debía ser media noche cuando abrieron la puerta de la celda y dos tipos me sacaron a empujones.  Me llevaron  por lo que parecía un pueblo de esos tan bonitos de las islas griegas, quizás fuera Santorini.  En la zona mas alta había una iglesia, era donde me llevaban, cuando entre observe que la habían reconvertido en un palacio.  Me condujeron a una sala donde me esperaban el jefe de los piratas, la chica de ébano que  era mucho mas alta de lo que me pareció desde el ruedo y también varios piratas.

-     Mi nombre es Jean Charles Peterson y soy el rey de San Toribio, ¿Quién eres tú? pregunto el negrazo con la voz de las personas acostumbradas a mandar.
-     Mi nombre es Iván, Iván Lamolevk,- Soy un hijoputa.
-     Mañana te enfrentaras a Brutus y habrá un hijoputa menos, hoy es tu última noche y como nos ha impresionado tus huevos en el ruedo, voy a concederte un ultimo deseo.  ¿Qué pides?
-     Siempre pensé que mi última noche me la pasaría bebiendo y follando con bellas mujeres – dije mientras miraba a su chica, lo que hizo que cambiara su cara radicalmente.
-     Será hijoputa, llevarlo a su celda, recibirá lo prometido.  – no le había gustado nada la insinuación de pasarme por la piedra a su chica.

Los tipos que me habían llevado colina arriba a la iglesia me volvieron a meter en la celda,  empezaba a creer que JCP simplemente había pasado de mi, cuando aparecieron los guardas con una mujer, la reconocí enseguida, era Mamen, pero en forma de broma macabra, ahora era una zombi, las tetas las tenia la aire, mordidas por algún zombi estaban ensangrentadas, su piel había pasado del moreno de cubierta al gris ceniza, sus ojos estaban amarillos y peleaba como un perro rabioso. 

 Uno de los dos tipos abrió la celda y me lanzo una botella de Ron. – toma para que compartas con tu mujer – luego soltaron a Mamen dentro de la celda, tardo un segundo en advertir mi presencia, me miro  y se abalanzo sobre mi, con un rápido movimiento empuñe la botella y la golpee la cabeza, quedando inmóvil en el suelo.  Los piratas bebían y se reían.

-     Así que querías alcohol y mujeres e Ruskin –  dijo uno de los guardas dando tumbos.

No sabia como lo iba a hacer, pero sabia que no estaba dicha la ultima palabra, el corazón me pedía venganza.

-     ¿Por qué no te la follas ahora? ¿Vamos no era tu mujer, no la querías? – Dijo otro de los guardas igual de borracho.
-     Vamos Ruskin anímate, si estaba muy buena y tenia muy buenas tetas, no te la follas, pues ya lo are yo.-  Dijo riéndose a carcajadas y balanceando la pelvis.

Entonces mientras uno me apuntaba con un AK el otro entraba dentro de la celda y se bajaba los pantalones.  No me podía creer lo que estaba viendo, pretendía follarse a una muerta, o mejor dicho a una zombi muerta.   La separo las piernas y se coloco sobre ella en la posición del misionero cuando de repente Mamen abrió lo ojos, agarro al tipo y lo mordió la cara.  El otro pirata reacciono descargando todo su cargador sobre ellos,  cuando se quedo sin balas yo corrí hacia el y antes de que pudiera volver a cargar lo deje fuera de combate.

Tenia que darme prisa, los disparos alertarían a otros piratas, tenia poco tiempo para actuar, le quite las llaves de las celdas y salí corriendo.  Casi todas las demás celdas estaban vacías, entonces un fuerte rugido llamo mi atención, era Brutus, una maléfica idea me vino a la mente, el si que podría generar el caos que yo necesitaba para escapar.  Abrí la puerta de su mazmorra y me escondí, cuando Brutus salió de su celda como yo esperaba se desato el pánico, hubo disparos, golpes, gritos, la confusión que necesitaba para escabullirme.  El problema era que estaba en una isla, solo iba a poder salir por barco y yo no era precisamente un pirata de mar.

La mejor opción era buscar un salvoconducto en forma de persona, el amigo JCP era lo que necesitaba.   Subí de nuevo a la iglesia, agazapado de casa en casa pues había mucho movimiento de gente que entraba y salía, espere cerca de 2 horas escondido antes de que se calmaran las cosas y dejaran de buscarme, luego me introduje en la iglesia en busca del negro gordo cabrón.  Había poca vigilancia, imagino que donde menos esperaban que estuviera seria aquí,  me llevo poco encontrar la habitación del elemento, era una habitación llena de oro y de joyas, aunque hoy día no servia para nada, quizás algún día volverían a ser los objetos de deseo de la gente.   En una cama con dosel estaba tumbado el con la diosa de ébano, me recordaron a la bella y la bestia, no es que yo fuera muy agraciado, pero es que ese tipo era muy desagradable.    Encima de la mesa había una Colt 1911 de oro cargado, la monte y se la puse en la boca.

- Hora de despertar, rey de los gordos -   le dije mientras le sacudía una patada.
- ¿Quién cojo,,,,,,,? ¿Tu? ¿Te arrancare la piel? – parecía muy enfadado.  La chica también se despertó pero no dijo nada, solo miraba.
- Calla gordo, ahora me acompañaras a una de esas lanchas que hay en el puerto y amablemente me llevaras a tierra.
- Ja ja ja, estas loco si piensas que te voy a ayudar a escapar, pégame un tiro o déjame dormir.  No me asusta el dolor, no temo a la muerte, tu no saldrás vivo de esta isla – El cabron del gordo parecía estar diciendo la verdad o eso o era muy buen jugador de póker.
- Yo te puedo ayudar a escapar¡¡ -  intervino la chica – Hay unas antiguas escaleras que bajan a una gruta, allí tiene una fuera borda preparada para esc….

      Calla puta ¡¡¡- gordo la dio una patada que la lanzo al otro lado de la habitación yo le arree con la pistola en la cabeza, dejándolo KO.
      ¿estas bien? Ella asintió con la cabeza a pesar de que la patada y el golpe recibido.
       - ¿puedes llevarme a esa gruta? Volvió a asentir.

Bajamos como pudimos por una vieja escalera de piedra en el interior de la montaña que terminaba en una pequeña gruta con un pequeño embarcadero.  Ella cojeando a causa del golpe y yo arrastrando al gordo escaleras abajo.   Allí estaba amarrada una fuera borda de 4 motores, tenia gasolina y todo tipo de armamento dentro, incluida una RPG-7, las cosas empezaban a pintar bien.

Según salíamos de la gruta con los motores a plena potencia, dos embarcaciones salían a nuestro encuentro, una desde el puerto a la izquierda y una segunda por nuestra derecha cerrándonos el paso.

-     ¿Cómo te llamas chica?
-     Mi nombre es Iman, pero ¿Qué haremos? ¿Dónde iremos? Por la voz parecía que empezaba a arrepentirse de la fuga.
-     Si todavía quieres salir de aquí, coge el timón y manténlo recto y que no se te olvide bajar esa bonita cabeza, las balas no entienden de belleza. 

 La chica paso por encima del gordo pisándole la cabeza, la deje el timón y me puse la RPG-7 que había en la barca al hombro, ya estaba cargada y lista para lanzar el cohete.   Deje que la lancha de nuestra derecha se acercara lo más posible, me agache resguardándome  de los múltiples disparos que estaban impactando en la lancha, cuando se puso a una distancia de unos 50 m dispare, la llamarada y el posterior impacto ilumino la noche, los había acertado de lleno, la barca y los piratas ardían a pocos metros delante de nosotros, los que seguían vivos saltaban al agua,  volví a cargar la RPG me gire para apuntar a la segunda embarcación, pero esta ya había dado la vuelta, no querían seguir la misma suerte que sus compañeros y huían.


-     Será mejor que nos alejemos, es posible que vengan mas y mejor armados – la dije sentándome a su lado y cogiendo el timón.
-     ¿Qué haremos con Jean Charles? ¿Dónde iremos ahora? Estaba un poco agobiada.
-     Al gordo lo tiraremos por la borda y un problema menos, luego yo iré al continente, tu puedes hacer lo que quieras.  -   La chica quedo unos segundos pensativa antes de contestar.
-     No lo arrojes de la lancha, eso seria un asesinato, yo me encargare de el – Pensé que quería vengarse del gordo y yo no era quien para meterme.


Mas tarde me contó que un magnate llamado Flavio B. se había llevado con el a varias chicas en su yate y que cuando empezaron  a escasear los alimentos las dejo abandonadas en una isla.  Justo cuando estaban a punto de morir aparecieron los piratas y las llevaron a San Toribio.   Un par de semanas después los piratas capturaron a Flavio, estaba solo en su yate, no se que fue de mis amigas.  Pude ver como los zombis se comían al cabron de Flavio en la plaza de toros mientras me pedía perdón y clemencia.

Jean Charles despertó un poco mas tarde, pero tuvo que pasar muchos minutos atado y apuntado por un arma hasta que se tranquilizo y dejo de gritar, tenia muy mal humor.   Luego el y Iman se pusieron a discutir como si de un matrimonio de muchos años se tratara.  Llegue a la conclusión de que ella no era su prisionera, sino su pareja, eso explicaba el porque de su enfado cuando insinúe que fuera ella mi ultimo deseo. 

Descubrí que me había ayudado por despecho,  al parecer cuando nos capturaron JF se follo a Mamen porque le daba morbo (no me extraño), Iman se entero y se vengo, por culpa de ella la  pobre Mamen acabo siendo un zombi y luego para terminar su venganza me ayudo a mi a escapar; no porque fuera una prisionera como yo pensé en un principio.  

La discusión termino cuando Iman pensó que lo justo seria que ella hiciera lo mismo y le pusiera los cuernos a el.  Así que, para nuestra sorpresa se despeloto en mitad de la lancha y ante la impotencia de JF que estaba atado en un extremo y mi sorpresa que estaba en el otro, Iman se puso a cuatro patas mirando hacia el y me dijo con voz sexual – Iván te gustaría coger este culito -   Yo no quería meterme en medio de sus discusiones de pareja, pero el ver a una mujer escultural desnuda  con el culito en pompa, meneándolo de un lado a otro delante mía para incitarme y pidiéndome que se la metiera lo mas dentro que pudiera, era irresistible.  Si a eso le sumas la cara de mosqueo que tenia el negrazo cada vez que azotaba a su chica en el culo mientras penetraba a su chica por el esfínter y esta gritaba de dolor mientras se la metía a causa de lo apretado que lo tenia, para terminar corriéndome en su bonita cara de ébano, eso no tenia precio, era mi pequeña venganza..

Poco después avistamos tierra,  era el continente, no sabia en que punto exactamente, pero estaba claro que no era otra isla, desembarque con las armas y el equipo dejando en la lancha a Iman y JF que aun continuaba atado.  Les dije que hicieran lo que quisieran, me daba igual que se mataran o se amaran.  Desembarque y seguí mi camino.

lunes, 20 de febrero de 2012

CHARLES DE GAULLE (R 91) II PARTE


Cuando desperté, ellas seguían dormidas, tenía una a cada lado, abrazadas a mí, desnudas.   Me levante lo mas sigilosamente que pude para no despertarlas, entonces ellas dos,  las cuales yo creía dormidas se movieron y empezaron a juguetear, besarse en la boca luego lentamente a chuparse los pezones,   mientras se acariciaban el conejo, entonces Natalie me miro y me invito a unirme a ellas, yo no lo dude ni por un instante, volví a la litera y las deje hacer.

Los juegos hubieran durado bastante mas de no haber sido por el ruido de la alarma, estábamos tan inmersos en nuestro trío que hasta que no oímos el – ESTAN POR TODO EL BARCO¡¡¡ – al otro lado del camarote no reaccionamos, los tres empezamos a vestirnos rápidamente.  Yo busque a mi alrededor cualquier cosa que me sirviera de arma, no encontré nada.

Salimos del camarote y no vimos a nadie en el pasillo – ¿Donde vamos?  Pregunto Natalie. – A mi camarote, a por armas - conteste.

Las chicas iban agarradas de la mano, y yo armado con un estúpido recuerdo de la torre effiel, el único objeto contundente que había encontrado en el camarote, lo que nos obligaba a huir en caso de encontrarnos con algún podrido.   Al final de un pasillo, escuche el sonido unos pasos acercándose, las hice señas a las chicas para que pararan y esperaran en silencio, yo tenia el la torre preparada para atravesar la cabeza del que doblara la esquina.    Entonces aparecieron  Nicolá y Veronika.

-     Joder¡¡¡ Nicolá me has dado un susto de muerte – le dije mientras bajaba la torre effiel.
-     ¿Qué es eso?, ¿ahora vendes merchandising de Paris? - se río irónicamente señalando la torre. - ¿Dónde te habías metido?  Llevo horas buscándote, no sabes que todo el portaaviones esta comprometido. 
-     ¿Qué ha pasado? - Le pregunte mientras las tres chicas se auto presentaban.
-     Los civiles del centro comercial, alguno de ellos estaba infectado y se salto los controles sanitarios, imagino que aprovechando la fiesta, ahora ya es tarde, la infección esta descontrolada.   Nos han ordenado que resistamos lo que podamos, están organizando una fuerza para retomar el control del barco.
-     ¿Qué resistamos con lo que podamos? ¿Qué quieren que les meta la torre por el culo? Le dije indignado
-     Toma Ivan, coge esto. -  Era obvio que habían pasado por la cocina, Traían sartenes, cuchillos y un rodillo de amasar, si nos topábamos con un grupo de zombis, era más fácil que se murieran de risa que por nuestras armas.

Durante varios minutos recorrimos las cubiertas del barco lo más silenciosamente posible, intentando evitar las zonas comunes, o que nos parecieran sospechosas,  subimos por una escalera que parecía tranquila y nos topamos con un tiroteo,  era la enfermería, seguramente parte de la tripulación se había atrincherado con los enfermos que no había dado tiempo a evacuar o estaban demasiado graves para poder moverlos.   Nos acercamos a  los disparos que sonaban detrás de una esclusa cerrada, nos miramos unos a otros y abrimos la esclusa, nos encontramos con la peor situación posible,  estábamos ante una sala llena de zombis que avanzaban hacia la enfermería, no podíamos avanzar, teníamos que cerrar y retroceder.    En el momento de cerrar la puerta un zombi metió sus manos, todos empujamos pero ya no había forma de cerrarla, ahora poco a poco se iban sumando zombis al otro lado y empujaban intentando abrirla.

– Rápido correr – les grite.

  Las chicas salieron corriendo, Nicolá y yo quedamos aguantando la puerta, empecé una cuenta atrás y al llegar a cero ambos salimos corriendo por el pasillo, los zombis nos perseguía y no teníamos nada con que defendernos, ni siquiera el amasador que se había quedado en el suelo de la puerta.  Después de unos metros perseguidos por una zombi, especialmente desagradable de aspecto (tenia gran parte del cuero cabelludo colgando) vimos a las chicas haciéndonos señas para que nos diéramos prisa, estaban esperándonos en otra de las esclusas.

   Apenas faltaba un metro para llegar cuando Nicolá tropezó y cayo al suelo de bruces, estaba perdido, era bocado de zombi, entonces una sombra negra me paso rozando la cara, me gire y vi como una sartén impactaba en la cara de la zombi – Nadie toca a mi chico – grito Veronika, vitoreada por Corine y Natalie.   Le di la mano a Nicolá y cruzamos la esclusa, nada mas cerrarla Veronika y Nicolá se fundieron en abrazos y besos, eso si que era amor.   - La próxima vez tropezare yo – pensé imaginando la escena de Corine y Natalie esperándome para comerme a besos.

Continuamos descendiendo, buscando una salida por las cubiertas inferiores o algún otro grupo armado al que unirnos,  de repente encontramos el gimnasio,  un grupo de tres zombis estaban devorando a un pobre diablo que ya no podría levantarse,  se habían comido parte del cerebro, nuestro primer pensamiento fue esquivarlos, hubiera sido relativamente fácil.  Pero uno de los zombis era un legionario y aun llevaba sus armas colgando, lo cual era muy tentador. 

 Corine me dio el cuchillo que llevaba y se descalzo, se acerco a un mueble lleno de pesas y volvió con tres barras de acero, se las dio a Natalie y  Veronika que como ella también se descalzaron.   Se acercaron sigilosamente a los zombis y cuando estaban a un metro de distancia y con el brazo en alto para asestar los golpes, uno se dio la vuelta y  emitió una especie de grito gutural que te helaba el alma, un golpe de Corine en la cabeza lo silencio, los otros dos zombis se levantaron estirando los brazos hacia ellas.   Veronika reacciono rápido y golpeo al segundo en la cabeza varias veces, hasta que cayo.    Natalie intento hacer lo mismo, pero no le dio con suficiente fuerza y el zombi agarro la barra de acero, entonces Natalie soltó la barra de acero y se giro para escapar, pero ya era tarde el zombie la sujetaba por el pelo y su boca se abría para morderla en la cara.  El silbido de mi cuchillo corto el aire hasta incrustarse en el cerebro del zombi. – Ya esta¡¡ creo que me he ganado unos besos – Natalie y Corine se abrazaron entre ellas y yo tuve que dedicarme a registrar los cuerpos de los podridos.  Las armas del legionario estaban descargadas, se había quedado sin una sola bala antes de que le infectaran, seguíamos con nuestras barras de acero como única defensa y yo me sentía el sujeta velas de los cuatro.

Descendimos otra cubierta mas, volvimos a escuchar disparos, ¿seria otro grupo de supervivientes? Si lo eran tenían una potencia de fuego formidable, ya que se oían disparos y detonaciones de diferentes calibres e intensidades.  Nos acercamos al origen de los disparos, para cuando llegamos el fuego había cesado,  el sitio era el antiguo comedor de oficiales, luego reconvertido en comedor de refugiados y ahora en tumba de infectados, el suelo estaba lleno de cadáveres desmembrados, ningún zombi quedaba en pie, solo alguno arrastrándose.  Un par de soldados se paseaba entre los cuerpos rematando con un tiro en la cabeza a los que se movían; al otro lado del comedor esperaba un pelotón de unos 30 Soldados, todos bien armados y equipados.

-     No disparéis, somos humanos – grite mientras avanzábamos en dirección al pelotón saltando por encima de los cuerpos.
-     Alto, no avancen mas – nos ordeno el oficial al mando, que por desgracia era el coronel a cargo de la incursión en tierra.  – Han sido ustedes mordidos o arañados por los infectados -  nos pregunto mientras varios fusiles nos apuntaban.
-     No, ninguno de nosotros esta infectado – respondió Nicolá.
-     Eso lo veremos, quítense todos la ropa – no era broma, el tipo quería que nos despelotáramos aquí en medio.
-     Esto es un atropello – protesto Corine.
-     No puede obligarnos – replico Natalie.

Entonces el cabrón levanto una mano y todos sus hombres nos apuntaron con sus armas, no había más que ver su cara y los cadáveres de ese comedor para darse cuenta que el tío lo decía en serio.

  Ninguno de los cinco volvimos a protestar, primero nos desnudamos Nicolá y yo quedándonos en gayumbos, luego ellas poco a poco con desgana fueron desvistiéndose,  ante las libidinosas miradas de los soldados, cuando por fin estábamos los cinco en ropa interior, el bastardo miro a las chicas y dijo –  toda la ropa, por favor – su interés por asegurarse que no teníamos heridas se había convertido voayerismo, miraba fijamente a las chicas, todas tenían un cuerpo de escándalo y el hijo de puta disfrutaba con la escena,  se terminaron de quitar la ropa interior, Veronika tenía un cuerpo esculturar, rubia, grandes y firmes tetas, cuerpo atlético.  Corine y Natalie no podían compararse físicamente a Veronika, sin embargo eran mas guapas y tenían un encanto especial.  La mirada de los soldados lo decía todo, si hubiera entrado algún zombi en la sala en ese momento ni siquiera se hubieran percatado.   Después de unos segundos de babeo Veronika dijo sarcásticamente, -  ¿Me pongo a cuatro patas o en alguna otra postura que me podáis inspeccionar mejor? -   dicho esto el coronel reacciono y nos dio permiso para vestirnos, eso si, ninguno dejamos de mirar a las chicas, era como si necesitáramos tener  una fotografía mental de la belleza de sus cuerpos.

-     Quédense en la retaguardia del grupo y no estorben – El gilipollas del coronel nos trataba como si fuéramos niños pequeños.

Detrás del grupo fuimos subiendo cubierta a cubierta eliminando pequeños grupos de zombis sin dificultad, poco después llegamos a la esclusa que no habíamos podido atravesar para llegar a la enfermería, ya no se escuchaban disparos al otro lado, abrimos  y entramos, el espectáculo era parecido al del comedor, cientos de zombis despedazados, la única forma de pasar era pisándolos,   Natalie cruzo vomitando, la imagen no era para menos, sangre y miembros cubrían todo el suelo.  Llegamos a la enfermería,  allí ya no quedaban personas normales vivas, solo un grupo de zombis golpeando un armario, los soldados apuntaron y los barrieron con una ráfaga.    Luego el coronel se acerco y remato a uno que todavía se movía. 

Abrieron el armario sin que nosotros pudiéramos ver que había dentro,  después de un rato los soldados se pusieron en marcha hacia la siguiente cubierta,  cuando el coronel paso a nuestro lado dijo – ocúpense de ella -   nos acercamos al armario y había una chica en estado de shock, estaba acurrucada y semi desnuda, por la ropa que la quedaba puesta debía de ser una enfermera, a pesar de estar visiblemente traumatizada no habían tenido la mas mínima consideración con ella, también la habían examinado concienzudamente.

  Las chicas se acercaron a ella la abrazaron y la vistieron, poco a poco la chica fue serenándose.  Se llamaba Sofía, nos contó que cuando ordenaron la evacuación todo el personal medico se marcho, solo ella que se quedo con un grupo de soldados y los enfermos que no se podían trasladar, los soldados se atrincheraron en la enfermería y estuvieron resistiendo todo lo que pudieron, cuando ya no les quedaba munición, la ordenaron meterse en el armario, pregunto por los enfermos y le contesto el sargento que ellos se ocuparían de los enfermos. Cuando entro en el armario se puso a llorar, la forma de ocuparse de los enfermos era evitando que se convirtieran también en zombis.

Conforme recorríamos cubiertas eliminando zombis, Sofía y yo entablábamos amistad, Nicolá iba junto a Veronika delante,  Natalie y Corine ya no se acordaban de mi, lo que facilito que Sofía y yo nos hiciéramos compañía mutua y nos conociéramos mejor, descubrí que era una chica muy simpática, con un afilado sentido del humor,  físicamente no tenia nada que envidiar a las otras chicas, era bajita pero sus atributos físicos eran llamativos por la voluptuosidad de los mismos, además tenia una sonrisa y una mirada que encandilaban.

Al cabo de un par de horas habíamos recorrido casi todas las cubiertas, limpiando infectados de forma relativamente fácil, hasta que llegamos al hangar interior, que era una enorme sala de varios metros de alto y un largo de casi el portaaviones, en esta sala había cientos de zombis, vagando de un lado a otro, lo prudente hubiera sido dar media vuelta y  esperar refuerzos, pero el coronel tontaina que iba de sobrado, ya había decidido acabar con todos ellos y colgarse una medalla.    Los soldados se colocaron en posición y cuando todos estuvieron preparados  el coronel ordeno abrir fuego, durante unos segundos no se vio nada a causa del humo de las granadas, entonces el coronel ordeno el alto el fuego, no se veía ningún movimiento,  todos los soldados empezaron a vitorear y abrazarse, entonces poco a poco, a través del humo apareció un zombi que les devolvió a la realidad, muchos quedaban en pie, otros empezaban a levantarse del suelo, apenas habían acertado en la cabeza de unos cuantos, los demás lentamente empezaron a caminar hacia nuestra posición.   Los soldados rápidamente se colocaron de nuevo en posición de combate y a la orden del coronel soltaron otra ráfaga, ahora permanecían todos en sus puestos, ninguno se atrevió a cantar victoria.    El silencio lo rompió el coronel gritando - estupendo chicos ahora si que les hemos dado bien¡¡ - pero no había terminado de decirlo cuando empezaron a levantarse de nuevo, además otros se sumaban desde las puertas y escaleras laterales, el ruido del tiroteo estaba atrayendo a los que había en cubierta.    El coronel ordeno que se prepararan para una nueva ráfaga, algunos soldados pidieron munición a sus compañeros, se estaban quedando sin cargadores,  luego otra ráfaga y luego otra, no recuerdo cuantas mas hicieron hasta que se quedaron todos sin munición.   

Se mascaba la tragedia,  había que actuar rápido, los zombis se levantarían en unos segundos de nuevo y los soldados ya no podrían contenerlos, arranque a correr hacia el centro del hangar en dirección a mi helicóptero,  escuche como Nicolá me grito – no lo hagas esta dañado y no podrás despegar – también escuche como el coronel ordenaba – Todo el mundo abajo, seguidme¡¡¡-  mientras corría sentí la presencia de alguien siguiéndome, imagine que seria Nicolá, pero cuando gire la cabeza mi sorpresa fue mayúscula,  no se porque pero Sofía corría detrás mía.  Estábamos apenas a un metro del MI-24, el portón lateral afortunadamente estaba abierto, yo rezando para que no hubiera ningún podrido dentro.  De repente la mano de un podrido con el cuerpo partido por la mitad, al que solo le quedaba el torso me agarro del tobillo. Sofía paro y se quedo mirando sin saber que hacer.  Antes de que se bloqueara de nuevo la grite que entrara al helicóptero y me esperara.  Yo no podía soltarme y algunos zombis se acercaban a mi peligrosamente, era cuestión de segundos  Saque el cuchillo y corte la mano de un tajo al zombi, toda la pernera del pantalón quedo manchada de un liquido negro viscoso, luego salte dentro del helicóptero, aun tenia la mano agarrando mi tobillo, le grite a Sofía que cerrara la puerta. 

Hice un rápido reconocimiento visual del helicóptero,  de mi equipo no quedaba nada dentro y el aparato tenía mas agujeros que un queso de gruyer,  afortunadamente las ametralladoras PK seguían montadas en las ventanas.    Recogí varias cintas de cartuchos que me coloque a modo de bandolera,  me puse una PK en la cintura y le dije a Sofía que se pegara a mi, ella asintió sin quitar la  miraba  a mi tobillo, me di cuenta  que estaba impresionada por el echo de llevar la mano del zombi agarrada a mi pierna, entonces me dijo.

-     Estas infectado, te vas a convertir en uno de ellos – señalando la sangre y la mano en mi pantalón.  Yo no tenia tiempo de dar explicaciones, cada vez mas zombis golpeaban el aparato y estaban a punto de romper el cristal de la cabina, así que  abrí la puerta lateral y dispare, la potencia de fuego de la PK dejo limpia de zombis la puerta en la primera ráfaga,  mire atrás Sofía me había hecho caso y estaba pegada a mi espalda tapándose los oídos. 
-     Muy bien Sofía ahora, vamos a subir a cubierta- la mayoría de los zombis estaban bajando persiguiendo al otro grupo, lo mas prudente era ir en dirección contraria.

Mi camino a cubierta fue una carnicería, simplemente no miraba atrás, solo avanzaba lo mas  rápido posible abriéndome paso con la PK, todo lo que se ponía en mi camino lo destrozaba.  Estábamos llegando a cubierta cuando un grito de Sofía me hizo girarme, los zombis estaban a un metro de alcanzarla, me gire, la empuje al suelo y dispare por encima de su cabeza acabando con ellos, ella se quedo en el suelo acurrucada y templando, había vuelto a entrar en estado de shock.   La cogí como pude y la metí en una sala de reuniones, atranque la puerta con una mesa y me abrace a ella intentando tranquilizarla.
-     Tranquila, conmigo estas a salvo – la repetía una y otra vez, hasta que al final levanto la cabeza y me dijo.
-     ¿Cuándo te conviertas en uno de ellos, me mataras? No puedo soportarlo más – me dijo con lágrimas en los ojos pensando que yo estaba infectado mirando mi herida en la pierna.
-     Antes de que me convierta en uno de ellos te dejare a salvo, te lo prometo – la dije mirándola a los ojos, entonces no pude reprimir el deseo de besarla, ella no reacciono. 

Imagino que pensó que realmente yo estaba infectado y antes de morir iba a dar mi vida por ella o quizá simplemente la pille con las defensas bajas,  pero en un santiamén la tenia desnuda y la estaba haciendo el amor encima de una mesa de reuniones,  la ternura y delicadeza se transformaron en un polvazo salvaje en el que ambos nos comportábamos como si esa fuera el ultimo de nuestras vidas, como si todo lo que no habíamos hecho sexualmente antes, hubiera que hacerlo ahora.

Cuando terminamos estaba tan relajada que los golpes de los zombis en la puerta ya no la afectaban lo mas mínimo, me miro con sus ojos verdes y su sonrisa y me dijo.

-     Creo que no deberíamos esperar mas, el tiempo corre en nuestra contra. – y algo mas que no recuerdo ya que yo solo prestaba atención a sus enormes peras subiendo y bajando en movimiento continuo mientras se vestía.

Mientras me vestía pensaba lo miserable que era de no decirle que en realidad no estaba infectado, pero la posibilidad de otro ultimo deseo me frenaba.   Sofía retiro la mesa de la puerta y yo dispare con la puerta aun cerrada a la altura de la cabeza, se abrió un boquete en la puerta por el que volvió a aparecer otra cabeza, solté otra ráfaga,  salimos no quedaba ninguno, así que continuamos subiendo,  por fin llegamos a cubierta,  vimos varios helicópteros sobrevolando el portaaviones, los francotiradores habían barrido todos los zombis de cubierta y habían empezado a desembarcar las primeras fuerzas de choque.

Le hicimos señas a un grupo de soldados que se acercaron a nosotros.  Pidieron que nos identificáramos y nos preguntaron si había mas supervivientes,  cuando le contamos lo que había pasado, nos llevaron a un centro medico que habían improvisado en cubierta, cuando los doctores y enfermeras vieron a Sofía todos se lanzaron a abrazarla,  uno de los médicos se acerco a mi y me pregunto – ¿Habéis tenido algún tipo de contacto o herida provocada por los infectados? – Yo iba a contestar negativamente cuando Sofía se me adelanto y respondió – A el le han mordido en la pierna -  Al instante todo el mundo se alejo de mi y varios fusiles me apuntaron a la cabeza mientras me gritaban que me tumbara en el suelo con las manos en la cabeza.  Tendría suerte si no me pegaban un tiro en la cabeza allí mismo.

Después de tenerme un rato tumbado, intentando convencer a todo el mundo de que no estaba infectado, llegaron dos policías militares, que me ordenaron que me levantara, luego me pidieron disculpas y que los acompañara, supuestamente me llevarían a un sitio donde tratarían la infección.    Yo sabía lo que significaba eso, tiro en la cabeza y baño en el mar.   Lo mejor era seguirles la corriente, que no sospecharan y esperar mi oportunidad, sabia que el tiro me lo pegarían en un sitio donde nadie pudiera vernos, quedaba feo ejecutar a la gente.  En ese momento llego Sofía corriendo.

-     Iván no te preocupes, todo se arreglara – se acercaba a mi para darme un beso de despedida.
-     Señorita no lo toque, puede ser peligroso – la corto el paso uno de los tipos, y ella retrocedió.  Mi gozo en un pozo, después de dos horas jodiendo conmigo no me daba un beso porque este le dicen que es peligroso tener contacto conmigo y ella se lo cree, manda huevos pensé.
-     Sofía por favor despídeme de Nicolá, Veronika, Corine y Natalie, diles que no se preocupen por mi, que en cuanto pueda estaré de vuelta¡¡. -  La grite conforme nos alejábamos.
-     ¿Dónde vamos? Pregunte desinteresadamente a uno de mis escoltas.
-     Vamos al baño a mear, luego iremos a uno de los helicópteros que nos trasladara a nuestro destino – contesto sonriendo uno de los dos tipos.

Estaba claro que el plan era que yo no saliera de ese baño.  Cuando entramos en el baño uno de los tipos cerro la puerta, seguramente para amortiguar el sonido, yo aproveche el momento y golpee al que estaba mas cerca de mi, luego se lo lance al que estaba mas cerca de la puerta, cayendo los dos al suelo como sacos de patatas, para terminar una patada en la cabeza y un golpe contra un lavabo los dejo durmiendo a ambos.

 Unos minutos después yo salía del baño con uniforme de policía militar, con el uniforme me fue fácil confiscar una pequeña embarcación y poner mar de por medio con el Charles Dagaulle.

lunes, 13 de febrero de 2012

CHARLES DE GAULLE (R 91) I PARTE


Volaba siguiendo la línea de costa, que es una forma sencilla de no perderse sin tener que estar constantemente pendiente de los instrumentos de navegación, cuando varios testigos de alarma del helicóptero se encendieron simultáneamente, dándome un susto de muerte.  Aun con mis escasos conocimientos estaba claro que las alarmas que estaban saltando eran las que te indican que tu aparato esta siendo rastreado por un dispositivo de infrarrojos, en condiciones normales el piloto del helicóptero hubiera lanzado bengalas y objetos reflectantes y hubiera maniobrado bruscamente para evitar que algún misil le volara el culo o le siguieran teniendo enganchado.    Yo ni tenia la pericia ni las armas para evitar un ataque, así que lo único que podía hacer era esperar, deje el helicóptero en estacionario a unos 300 metros del suelo y empecé a buscar frecuencias de radio, imagine que según estaba el mundo, nadie dispararía a otro humano sin preguntar primero, todo los que seguíamos con vida el mundo teníamos claro que era una guerra contra los zombis.

Primero probé el canal 16 de VHF, luego pase al 70 que eran las frecuencias normales de socorro, seguían sin recibir nada, probé con el 2.187.5 de Onda Media y bingo.  Era un radioperador de un navio de combate, le informe de mi situación y me ordenaron que no me moviera, que una aeronave vendría a mi encuentro.   Yo estaba esperando la llegada de otro helicóptero cuando un  punto negro apareció en el horizonte, maniobro para ponerse a mi altura, era un Panther 365 francés,,  miles de preguntas se amontonaban en mi cabeza, - ¿Quedaría algún país o gobierno en pie? ¿Habían empezado la reconquista de los territorios infectados? Estas preguntas y muchas mas se despejarían en breve, el piloto me hizo señas para que lo siguiera y en 10 minutos de vuelo divise un convoy de unos 20 grandes barcos y otros muchos mas pequeños, había de todo: petroleros, cargueros , un transatlántico, yates de lujo y al frente un portaaviones, el Charles de Gaulle Frances, era uno de los pocos navíos nucleares que no eran del ejercito americano,  era formidable debía de tener mas de 250 m de eslora y 60 de manga.  Estos monstruos podían tener una autonomía de mas de 5 años, el sitio ideal para una cuarentena de larga duración.

Aun estaba aterrizando en la cubierta del barco cuando gran parte de mis dudas quedaron despejadas, no era una flota de desembarco para reconquistar el terreno infectado.  Era el refugio de todo el que había escapado por mar.    El único sitio donde no había llegado la horda zombi, era mar adentro y allí estaban todos los refugiados.

Cuando aterrice, pase varios reconocimientos médicos, note una gran paranoia, nadie se acercaba a mi, por miedo a la infección.  Mas tarde  me llevaron a una sala donde algunos militares y políticos me esperaban para que los informara de la situación en tierra.   Les conté que en los últimos meses, solo había tenido contacto con pequeños grupos que se organizaban como podían en medios rurales,  sin tecnología y por sus propios medios.  Que las grandes ciudades estaban todas perdidas, era imposible acercarse a ellas.   Además grupos de saqueadores campaban a sus anchas sin una policía o un ejercito que los parara los pies.

Cuando termine mi alocución mis interlocutores quedaron cariacontecidos,  las esperanzas que habían puesto en que yo fuera portador de buenas noticias se habían esfumado y salieron de la sala cabizbajos, solo un militar quedo en ella, que se acerco a mí con tono paternalista.

-         Gracias hijo, un oficial te asignara algún barco de refugiados para que puedas descansar y comer algo. 
-         No puedo quedarme aquí ¿Qué pasa con mi helicóptero? Le interpele.
-         En este barco hay sitio para 2000 personas y estamos cerca de 4000, hemos tenido que arrojar los aviones al mar para hacer sitio a los refugiados, no hay sitio para deseos personales, en cuanto a tu helicóptero, tomaremos una decisión y te la comunicaremos lo mas seguro es que acabe también en el fondo del océano. -  Sin darme tiempo a protestar dio media vuelta y también abandono la sala.

Estaba a punto de ser trasladado del portaviones  a un carguero, eso suponía el adiós a mi helicóptero y mi libertad, cuando llego un tipo con bigote  y nos detuvo.

-         ¿Este es el piloto del helicóptero ruso? Pregunto al oficial que me llevaba al carguero.
-         Si, me han ordenado que lo realoje en uno de los barcos.
-         Cambio de órdenes – dijo el tipo del bigote -  le han asignado con el escuadrón de  pilotos de helicóptero,  necesitamos alguien que pilote el helicóptero ruso, así que de momento se quedara con nosotros.

El tipo del bigote me informo que ellos no tenían helicópteros de combate, que mi MI-24 era necesario y yo era el único que tenia experiencia en su manejo.  Me guió por el barco, la verdad es que el barco estaba saturado de gente por todas las cubiertas, parece ser que había tenido suerte, que ellos y los pilotos de avión tenían mas espacio que el resto, aun conservaban algún privilegio.   Mi camarote que aunque por el tamaño debía de ser individual,  el dueño lo compartiría conmigo.  Nos tendríamos que turna a la hora de dormir, ya que no había sitio para dos camas.    Mi nuevo compañero se llamaba Nicola, era un tipo rubio, apuesto un poco mas bajo que yo, pilotaba un helicóptero de la policía en Paris cuando ocurrió.    El tipo no solo no me recibió con aspereza, que hubiera sido la reacción lógica con un tipo que se mete en tu casa, sino que además me presto un mono viejo que tenia y útiles de aseo.    Rápidamente nos pusimos deacuerdo en los turnos para dormir y me puso al día de las rutinas del barco, no contamos nuestras aventuras y desventuras desde que empezó la infección y empezó una gran amistad..

Unos días después yo estaba arto del portaviones, planeando la forma de marcharme y seguir mi camino cuando me informaron que me habían asignado como copiloto en una misión.   Era un misión de reconocimiento, había que ir a tierra firme en busca de sitios de interés, había que marcar cualquier lugar que tuviera agua, comida, piezas de recambio para los barcos  y sobre todo combustible, las reservas eran escasas y los barcos y lo helicópteros necesitaban combustible,  mas tarde se haría una incursión terrestre para recuperarlo. 

 Cuando estábamos haciendo el checklist de  mi MI-24 vi dentro de otro aparato a dos chicas muy guapas, a pesar de llevar el pelo recogido con una coleta, gafas de sol y casco, no pasaban inadvertidas.  Nicola me miro y me dio un codazo -  Pórtate bien y uno de estos días te las presentare - me había leído el pensamiento.

Durante el vuelo interrogué a Nicola acerca de las dos chicas.  Se llamaban Corine y Natalie eran Belgas y pilotaban el helicóptero del jefe de estado de su país, era uno de los políticos refugiados en el portaaviones,  también habían sido asignadas a nuestro escuadrón y salían en misión de reconocimiento, Nicola ya había volado varias veces con ellas y decía que era imposible follar con ellas.  La conversación se corto cuando divise una refinería de petróleo, podía ser la solución a la escased de combustible de la flota.   

Un par de días después me informaron que tenía que asistir al briefing de una incursión, para dar apoyo desde el aire con mi MI-24.    Allí estábamos esperando sentados Nicola y yo cuando llegaron Corine y Natalie y se sentaron a nuestro lado y nos sonrieron, pero cuando iba a abrir la boca para entablar conversación, entraron en la sala el almirante y otros oficiales y se puso todo el mundo en pie.  Luego el almirante presento a el oficial al mando de la operación, era un coronel de infantería, con su bigote,  mas preocupado de su aspecto que de la misión,  durante varias horas nos tuvo a todos sentados planificando una misión de chichinabo.  Si yo hubiera planificado tan mal una incursión cuando estaba en el grupo operativo de la Spetsnaz, me hubieran fusilado y este tipo se permitía planificar una chapuza y encima gastar bromas.   Nuestra labor consistía en dar vueltas en el aire, dando apoyo aéreo con el helicóptero, cargado de bombas de 250 kg y una ametralladora de 12,7 mm  por si se ponían mal las cosas.  

La misión empezó relativamente bien,  llegamos a la refinería minutos antes que las tropas de tierra,  la cosa estaba tranquila, algún zombi aislado, seguramente los antiguos trabajadores de la refinería.     La columna llego a continuación, habilitando un perímetro de seguridad y eliminando todos los zombis de una manera rápida y limpia, se notaba que eran legionarios, una de las mejores fuerzas de choque del mundo.   Después de una hora sobrevolando la refinería  sin incidencias significativas, ocurrió algo extraño.     Una mujer corría hacia la refinería, al principio pensamos que era otra infectada que se acercaba a recibir su tiro en la cabeza, pero paro y se puso ha hacer aspavientos con las manos. ¿Seria una superviviente?, llamamos al equipo de tierra para que alguien se acercara a recogerla. 

Entonces la cosa se puso fea, un grupo numeroso de zombis la estaban cercando, la chica, llevaba un fusil que manejaba con soltura y puntería, los zombis caían conforme se acercaban a ella, pero el equipo de tierra no llegaba y ella tarde o temprano fallaría, ya fuera por falta de munición o por que lo tiros estaban atrayendo cada vez a una mayor cantidad de zombis., teníamos que actuar rápido, o bajaba yo, o esa chica lo iba a pasar mal  Por radio informe al mando de tierra de la difícil situación y pedí permiso para bajar a ayudarla, me ordenaron que esperara al equipo de tierra, entonces me alegre de no ser militar, que coño me iban a hacer si no obedecía ¿echarme? No caería esa breva.      Descendí  lo mas rápido que pude, se nos había ido mucho tiempo y la cosa estaba muy jodida, al final cuando llegue a ella, los zombis estaban a punto de moderna, la chica subió al como pudo, uno de los últimos zombis la arranco uno de los tirantes dejando uno de sus pechos al descubierto, un rápido disparo de Nicola le reventó la cabeza, la salvo de milagro.

Era una chica joven, rubia de cuerpo atlético, con gafas de espejo que le daban un aire misterioso, vestía vaqueros y una camiseta rota de tirantes que dejaba ver un enorme pecho.

-         Gracias chicos, me habéis salvado el culo, me llamo Verónika. – La tía tenía unos huevos como el caballo del espartero.
-         Yo me llamo Nicola y este es Iván – Contesto rápidamente mi compañero con un tono de voz desconocido para mí, mientras sonreía sospechosamente.
-         Nicola vamos a la factoría, el coronel quiere que se la llevemos -  Los interrumpí.

Dejamos a la chica en la factoría con gran pena y continuamos nuestra patrulla aérea esperando el final de la operación, mientras Nicola no paraba de hablar de las peras de la  chica.   Un rato después vimos como todo el personal empezaba a montar de nuevo en los camiones,  buen momento ya que los zombis seguían viniendo y cada vez en mas numero.     Entonces el control de tierra se puso de nuevo en contacto con nosotros,  pero no para ordenarnos regresar a la base, sino para informarnos del cambio de planes, íbamos a efectuar un rescate.   Al parecer Veronika estaba refugiada en un centro comercial a unos pocos kilómetros de nuestra posición, con un montón de gente muchos de ellos niños, estaban al límite de su resistencia, cuando oyeron el helicóptero y Veronika salio a buscar ayuda.  Ahora el gilipollas del coronel quería ponerse una medalla rescatándolos.

Volamos hacia el centro comercial, a simple vista se veía que la cosa estaba jodida, había miles de zombis que se habían ido acercando con pasar de los días, cercando el centro comercial.   Mi primer comunicado por radio fue para sugerir que necesitábamos muchos mas hombres para acabar con semejante cantidad de zombis.   El coronel hizo caso omiso y continuo con el rescate.    Con la misma destreza que habían tenido en la factoría, el grupo de tierra llegó y se abrieron paso hasta una de las puertas del centro comercial.   Entonces los refugiados empezaron a salir de dentro y a montar en los camiones que llevábamos, nosotros empezamos a escupir balas por la Gatlin 12,70, parecía que todo iba a salir bien, pero como pasa con las cosas que no se planifican, empezaron a surgir los problemas, los camiones ya estaban llenos de gente y seguía saliendo gente del centro comercial, no cabían todos y la gene empezó a ponerse nerviosa, además por muchos zombis que cayeran seguían llegando mas, poco a poco la munición empezó a escasear y la cantidad de zombis iba increcendo.

  Entonces el Coronel dio orden de escapar con los que ya hubieran montando, como todavía quedaba gente dentro del centro comercial, el pánico y el miedo se apodero de la gente que intentaba subir a cualquiera de los vehículos, pelando con los soldados y con el resto, desesperados.  Según iban subiendo soldados a los camiones, había menos fuego de cobertura y  los zombis se acercaban peligrosamente, la cosa apuntaba a desastre.     De pronto Verónica bajo de un camión y volvió a entrar dentro del centro comercial, un pequeño grupo de soldados la siguió y eso dio confianza a la gente que dejo de intentar abordar los camiones y volvieron  a entrar, unas 50 personas siguieron detrás de ella.

  Los camiones arrancaron y atravesaron la horda llevándose por delante a los que se ponía en su camino, cientos de zombis salían despedidos o eran aplastados por los vehículos.   Cuando el convoy se alejo los zombis se volvieron a poner su atención en la puerta del centro comercial que ahora estaba destrozada y con carne fresca.


-         Hemos alcanzado el punto de no retorno, hay que lanzar las bombas y volver, me dijo Nicola.
–        Llama al portaaviones y pide una evacuación en helicóptero, quizá podamos sacarles por el tejado del centro comercial.- le dije a Nicola.
–        Ya la he pedido, llegaran en 30 minutos, ahora tenemos que irnos – me respondió.
–        No podemos irnos, hay que darles tiempo, asciende a 500m voy a lanzar las bombas

Las bombas alcanzaron de pleno a la horda, volvimos a descender y sobrevolar el sitio del impacto, esperaba verlo sembrado de cadáveres  destrozados, pero los jodidos zombis seguían hay,   multitud de zombis desmembrados, avanzaban sin manos, sin pies,  arrastrándose sus cuerpos hacia la puerta.   Las bombas no servían para nada, solo habíamos ganado unos minutos, nos pusimos en contacto con el grupo de tierra para que se atrincheraran en el tejado, dentro de poco seria el único sitio donde poder aterrizar. 

-         Iván estamos casi sin combustible, tenemos que regresar.
-         No vamos a volver, todavía podemos hacer algo mas por ellos,- Apunte la ametralladora  del helicóptero contra la horda y dispare los proyectiles que quedaban  apenas acabaron con una oleada
-         Solo queda una cosa que podamos hacer, para ayudar a Veronika -  Nicola hizo un gesto de aprobación y empezó a descender, mientras descendíamos veíamos como los zombis se acercaban al boquete abierto, por un momento me recordaron las imágenes del primer día de  las rebajas, cuando la gente esperaba la apertura del centro comercial y entraban todos en estampida.

Entonces Nicola con una gran dominio del aparato inclino el rotor principal hasta que las aspas quedaron a poco mas de un metro del suelo, delante del boquete,  entonces empezaron a llegar oleadas de zombis que quedaban trituradas sistemáticamente, si hubiera sido creyente, me hubiera puesto a rezar, porque la cantidad de zombis triturándose hacían que el aparato se balanceara, lo que a esa distancia del suelo era una lotería.

Minutos después llego el primer helicóptero de rescate y Nicola se elevo dejando que los zombis entraran por el boquete, ya no había peligro,  yo lo felicite y el me dijo que había sido pan comido, pero grandes gotas de sudor le caían por la frente. – Ahora será mejor que busquemos el avión de abastecimiento en vuelo o vamos a caer como una piedra. -  los dos reímos.


Cuando llegamos al portaaviones todo fueron abrazos y felicitaciones, se monto una  fiesta improvisada entre los tripulantes y los civiles rescatados.   Yo estaba tan cansado que me fui al camarote a ver si podía dormir un rato a pesar de que era el turno de Nicola, pero como el llevaba desde que habíamos aterrizado pegado a Veronika tenia un margen de unos minutos para descansar, las fiestas no eran para mi.  Cuando llegue al camarote y abrí la puerta se me quedaron los ojos como platos, Nicola ya estaba tumbado en la cama con Veronika encima suya, cabalgándole, sus enormes peras subían y bajaban mientras mis ojos acompañaban su movimiento.  Entonces pararon y ambos se me miraron, solo atine a decir – lo siento – y cerré la puerta.   Me decante por la opción de ir a la cafetería a hacer tiempo hasta que pudiera volver a mi camarote a dormir, entonces me tope de frente con Natalie y Corine, estaba tan cansado que no tenia ni fuerzas para trastearlas.

-         Hola, te llamas Ivan ¿verdad? Me dijo Natalie cortándome el paso.
-         Queremos felicitarte por lo de hoy, habéis salvado a mucha gente – prosiguió Corine.
-         Solo he cumplido con mi obligación. -  Conteste en un alarde de modestia, la fortuna me sonreía.
-         ¿Donde vas tu solo? Deberías estar celebrándolo con todo el mundo.
-         La verdad es que solo quiero dormir, pero mi compañero se me ha adelantado y no tengo donde caerme dentro -  Las respondí recordando la escena de Nicola y Veronika.

Entonces las dos chicas se miraron con complicidad  y agarrandome cada una de un brazo empezaron a tirar de mi.

-         Si quieres puedes venir a nuestro camarote, allí podrías descansar -, dijo una.
-         Si, claro después de tomar una copa para celebrarlo -, dijo la otra mientras ambas reían.

Asentí con la cabeza y a los pocos minutos estábamos los tres desnudos en un camarote tan pequeño como el nuestro, con una botella de champán, bebiendo y bailando agarrado a ellas.  Del baile pasamos a los besos y el sobeteo.   Y del sobeteo a  ……..

Continuara………

lunes, 6 de febrero de 2012

RASCACIELOS


Cada vez que sobrevolaba una ciudad veía el mismo espectáculo, calles abandonadas, cristales rotos, cuerpos descomponiéndose y muchos, muchos zombis, las ciudades eran territorio zombi.    Dentro de 1000 años alguien estudiaría las ruinas como nosotros estudiamos los restos de civilizaciones que ya desaparecieron y no se explicarían que paso, es mas, ni siquiera nosotros sabemos quien fue el culpable de nuestra extinción.   Toda la ciencia, la técnica y los avances se quedaban en las ciudades, los núcleos de población que resistían lo hacían sin televisión, sin Internet, sin teléfonos móviles, sin modernos hospitales, todo se había perdido, me inundaba una gran melancolía.

Estaba volando sobre una de estas grandes  ciudades cuando vi una bengala.   Me llamo la atención porque salio de un rascacielos muy conocido, quizás de los más famosos del país,  ¿es posible que todavía quede alguien? Me preguntaba,  sobrevolé el edificio, en la azotea en pleno helipuerto había gente moviendo las manos.  ¿Quiénes serian? ¿Cuál seria su historia?

Eran cuatro personas, tres hombres y una mujer,  parecían muy desesperados, tenían la ropa sucia y rota y todos hablaban a la vez.   El grupo era peculiar, un hombre mayor con pelo y barba blanca, de nombre Bill, parecía acostumbrado a mandar, otro de los tipos era negro, delgado y alto, vestía con traje sucio, su nombre era Louis, el tercer tipo era grueso y tenia pinta de macarra, no recuerdo el nombre,  la chica era morena y de piel oscura, joven, no mas de treinta, vestía con vaqueros y suéter rosa se llamaba Zoey.

-         Esta bien silencio, no soy ningún helicóptero de rescate, mi nombre es Iván y simplemente voy de paso.

Como todos se empeñaban en hablar a la vez, los hice callar y le pregunte directamente al viejo que parecía llevar la voz cantante.

-         Tienes que sacarnos de aquí, esos tipos están locos.- dijo Bill.
-         ¿Esos tipos? ¿Los zombis? Pregunte
-         No, son peores que los zombis son bestias, son caníbales.- Dicho por el gordo la verdad que acojonaba. 
-         Esta bien vamos por partes, ¿De quien hablamos? empezar por el principio y despacio. – los dije.

Bill empezó a contar su historia,   parece ser que los cuatro estaban alojados en un hotel, y hasta el principio de la epidemia, no se conocían de nada y fue el destino el que les fue juntando, se protegieron unos a otros, dando tumbos por refugios, zonas seguras y escondites, hasta que al final oyeron por radio de onda corta que este edificio era seguro, el mensaje decía que todos los lunes abrían una entrada al edifico por  las alcantarillas y daba las instrucciones de como podían acceder los refugiados, así que buscamos la entrada y lo conseguimos.

Al principio todo fue bien, nos pareció raro que no nos dejaran llevar armas, pero este edifico era un paraíso después del tiempo que pasamos fuera, nos dieron comida, camas, todo parecía ir bien.  

-         Al grano - Interrumpí.

Lo primero que nos extraño es que siempre se comía carne, no nos decían de donde salia, pero siempre había carne de comer,  luego nos llamo la atención que la gente desaparecía,  misteriosamente y sin dejar rastro no la veías mas,  entonces investigamos y descubrimos el motivo, esos hijos de puta COMEN GENTE!!! Solo dejan pasar a la gente dentro del edifico para seguir teniendo alimento, somos ganado para ellos. 

-         ¿Pero quienes son ellos?
-         Los trabajadores del edificio – continuo Zoey con el relato,

 Desde este edifico se estuvo emitiendo noticias hasta el ultimo momento, cuando quisieron escapar era demasiado tarde, estaban rodeados.  Afortunadamente para ellos el edifico además de ser de los mas seguros de la ciudad, también tenia restaurante, gimnasio, un par de plantas de hotel, vamos que los primeras semanas estuvieron en la gloria, luego se quedaron sin comida, y el hambre….. los volvió locos, primero se comieron a  los que se suicidaban, luego a los ultimos en llegar, entonces se les ocurrió lo del comunicado, para atraer presas, la gente llegaba pensando que era un lugar seguro y estos bastardos se daban matarile.

En ese momento la madera con la que tenían atrancada la puerta a la azotea cedió y empezaron a llegar hombres armados que nos rodearon antes de que pudiéramos coger las armas para defendernos, si era verdad lo que me habían contado, la situación era fea.

Nos bajaron empujones por una escalera, cuatro pisos mas abajo a ellos los encerraron en un cuarto y a mi me llevaron ante los que debían de mandar en el edificio, una mujer tomo la palabrar.

-         Supongo que me abra reconocido –  dijo la mujer con aires de grandeza.

Era una mujer de unos 50 años, traje chaqueta verde y sonrisa, su cara me resultaba familiar, creo que era la presentadora de un Magazine matinal de mucha audiencia.  Famosa por ser una tirana con sus colaboradores y pelota con sus invitados.  A su alrededor varios hombres y mujeres,  se limitaban a escuchar.

–        no importa, mi nombre es Rose, ¿Dígame, que le han contado esos desgraciados?
–        Nada, conteste, justo cuando baje del helicóptero llego todo el mundo y me hicieron prisionero, pensaba que era el único prisionero hasta que vi a los otros cuatro también maniatados.

Su cara se noto mas aliviada,  continuo comiéndome la cabeza en lo que venia  a ser un, los malos son ellos y los buenos nosotros,  para continuar preguntándome por la situación fuera de su súper edificio y las posibilidades de rescate.    Yo la conté una pequeña mentirijilla, le dije que el ejército tenía totalmente controlada la situación,  que los zombis ya habían sido eliminados de las zonas rurales y que en breve empezarían a limpiar las grandes ciudades.    Se lo creyó y se puso tan contenta que dio órdenes de montar una gran fiesta para celebrarlo, yo no creía lo que oía, esa noche lo íbamos a celebrar y al día siguiente yo la llevaría a ella con las nuevas autoridades.

Me llevaron a una habitación, me dijeron que de momento por mi seguridad era mejor que no saliera solo, que descansaran y que después de la cena vendrían a buscarme, obviamente cuando me trajeron la cena, no comí nada, todo fue al retrete,   después de la cena me vinieron a buscar dos hombres con smoking, - estaría en un mundo paralelo – pensé,  me llevaron a una gran sala, que debía ser un antiguo plato, muy grande, estaba iluminado con luz de velas, y se escuchaba música,  había  hombres y mujeres bailando.   Entonces llego Rose, con vestido de noche y joyas que debían valer una fortuna, me ofreció, primero cava, era español excelente, luego me ofreció una raya de cocaína, colombiana, tampoco me negué.  Ante mi cara de asombro, llamo a unas chicas muy sonrientes, me las presento, sus caras eran de lo mas exótico, parece ser que las tres eran modelos, las pillo la hecatombe en un estudio fotográfico del edificio haciendo una sesión maratoniana de fotos,  cada una venia de un sitio diferente, la rubia se llamaba Claudia era Alemana, la pelirroja, Cindy de Irlanda y la morena Daniela una brasileña despampanante, las tres eran jóvenes, guapas y con un cuerpo escultural.   No sabría decir cual estaba más buena de las tres.

-         Solo va a estar una noche con nosotros y queremos que tenga un buen recuerdo me dijo Rose - dejándome a solas con las chicas.  Las cuales me llevaron a un reservado con la coca y el cava.

Afortunadamente yo tenia preparación para aguantar el alcohol  y las drogas, ellas no, así que dos botellas después de cava, estaban semi desnudas sentadas en mis rodillas y bebiendo el cava directamente de sus cuerpos, mientras, ellas me contaban todo lo que sabían, “el cazador cazado”, tenían intención de sacarme información y lo que hicieron fue proporcionármela,  mientras las besaba, las sobaba, me las comía enteras (esto si que era canibalismo), me entere que en el edifico había un banco, con un montón de cajas de seguridad, de allí habían sacado todo: droga, joyas, documentos muy importantes,  que Rose les había prometido sacarles de allí a todos en cuanto contactara con el gobierno y luego todos ellos serian millonarios.    De lo que no sabían nada era de los prisioneros, ni del canibalismo, ni de la trampa para atraer a supervivientes incautos.  

Cuando conseguí toda la información útil que podían proporcionarme,  me dispuse a marcharme entonces las eche una ultima mirada, las tres estaban desnuditas y  colocadas, para esto si que no estaba preparado, no pude evitar la tentación, así que me quite la ropa y me las folle varias veces y por varios sitios a las tres, es increíble lo que puede hacer un poco de coca en la poya, 

Cuando termine, tenia la poya erecta y dolorida,  fingí estar borracho, salí del reservado dando tumbos, camine en dirección a mi habitación, como imagine un gorila no se despegaba de mi,  así que en un pasillo solitario simule desmayarme y cuando el tipo se acerco lo arree, lo inmovilice y le quite la pistola, antes de dejarlo K.O. le saque el lugar donde tenían a los prisioneros.

A los prisioneros no los tenían vigilados, simplemente estaban encerrados en una sala, los abrí y les dije que me siguieran, había que llegar al helicóptero lo antes posible.  De camino a las escaleras pasamos por una cocina,  oímos pasos acercarse y los cinco nos quedamos agachados, escondidos en una especie de nevera gigante.   Zoey se dio la vuelta y se puso a devolver, a nuestra espalda había una persona colgada de un gancho de esos que se cuelga a los cerdos para despiezarlo,  le habían sacado las tripas y tenia parte del cuerpo fileteada.  Mientras el grupo de hombres había llegado a nuestra altura, era un grupo de hombres armados, corrían,  pudimos oír parte de su conversación,

-         Rápido no pueden estar lejos, hay que encontrarlos –  joder que mala suerte pensé.
-         Saben que hemos escapado, nos estarán esperando en el helicóptero – dijo Bill.
-         Es mejor que salgamos por donde entramos, no esperaran que bajemos en vez de subir y la salida a las alcantarillas estará menos vigilada – dijo Louis.
-          Esta bien, bajemos. –  dije pensando la forma de recuperar mi helicóptero y mi equipo.

Todos asintieron con la cabeza.  Cuando llegamos a la puerta de bajada a las alcantarillas encontramos a dos guardias, estaban sentados y confiados, saltamos sobre ellos como leones sobre la comida, y los dejamos fuera de combate, Bill y Zoey les quitaron sus armas, Louis y el gordo se quedaron con un bate de béisbol y con una katana que habían encontrado por el camino, yo con mi pistola, estábamos preparados para salir y encontrarnos cualquier cosa.

Al abrir la puerta nos encontramos a cientos de zombis esperando, en cuanto nos vieron, se activaron, era imposible atravesarlos o acabar con todos ellos con las armas que llevábamos.

-         Hacia arriba, rápido, por aquí no podemos salir. – los grite mientras sacudían a los primeros en llegar.

Nunca pensé que fuera tan duro subir corriendo un rascacielos, debía ser como una maratón,  lo único que nos motivaba era saber que detrás teníamos a cientos de zombis pisándote los talones, que no se cansan nunca, torpes pero constantes.   Cuando llegamos a la mitad del rascacielos paramos a descansar, mientras recuperábamos el resuello Bill dijo.

-         Es tontería seguir subiendo, lo que nos espera arriba es peor,  en cuanto lleguemos arriba nos van a meter una bala entre ceja y ceja.- dijo Bill
-         ¿Qué propones? – conteste.
-         Volver a bajar, estamos preparados, - dijo mientras cogia un hacha de la pared. – Hemos subido 20 pisos, ellos nos persiguen pero ahora están diseminados por toda la escalera, podemos reventarles la cabeza mientras bajamos, ¿Qué opináis?
-         Yo voto por bajar y reventar cabezas -dijo el gordo.
-         Ahora será mucho más fácil salir – dijo Louis.
-         Llevo meses cuidando de vosotros, no os voy a dejar tirados ahora. – dijo Zoey.
-         ¿Y tu que, Iván, te unes a la fiesta? Me pregunto Bill.
-         No – todos quedaron extrañados, - solo quiero volver a mi país y el billete esta en la azotea, además tengo que despedirme de alguien. –

 Mientras terminaba de hablar, llegaban los primeros zombis a nuestra altura,  con una rapidez y facilidad que incluso a mi me sorprendieron, los destrozaron la cabeza y empezaron a descender, entre golpes y mandobles, oí la voz de Zoey que decía – Suerte Iván, ya nos veremos-  Joder que buenos son, pensé.

Cuando llegue al piso 30 ya todo el que estaba en el rascacielos sabia que había zombis dentro, se había convertido en un sálvese quien pueda y los que subían o bajaban no me prestaban atención.    Volví a parar a descansar, estaba en el piso de la fiesta, seguramente las chicas seguirían allí, iba a continuar, pero la imagen de los zombies comiéndose a las chicas me freno, busque el reservado donde las había dejado horas antes y allí seguían,  desnudas y dormidas como angelitos.  Las desperté y se levantaron como pudieron, mientras se espabilaban las puse al día de la situación, afortunadamente ya estaban mucho mas serenas y aunque un poco desorientadas, podían andar.  Así que se pusieron algo de ropa y me siguieron escaleras arriba, mientras les contaba mi plan me sentí como Charlie contándole a sus ángeles su próxima misión.

Los matones de Rose, nos esperaban a los cinco fugados, para meternos un tiro en la cabeza, pero no sospecharían de tres chicas guapas escapando de los zombis, ellas serian mi caballo de Troya.     Como imaginaba dos hombres armados impedían el paso de la gente a la azotea, a Claudia le resulto fácil acercarse a ellos, yo la dije que los apuntara con la pistola hasta que yo llegara, pero se ve que era una chica con iniciativa ya que les metió un tiro a cada uno, joder como se las gastaban.    En el momento que los guardias cayeron todo el mundo salio a la azotea, que se convirtió en un caos de gente, corriendo hacia el helicóptero, el pánico a los zombis hacia mella. 

Cuando yo llegué al exterior vi como mucha gente se subía al helicóptero, como no copian, empezaron a vaciarlo, tiraron: el agua, la gasolina, los vivieres y varios baúles que no me resultaban familiares, debían ser de Rose.  Entonces apareció ella junto a otro tipo armado con un M-16, ambos se acercaban al helicóptero y les hacían señas para que bajaran a los que estaban dentro, nadie hacia caso, ninguno quería abandonar el helicóptero.  El tipo abrió fuego contra los que estaban dentro, esos cabrones no tenían ningún tipo de escrúpulo, se estaban cargando a gente indefensa.    Corrí todo lo rápido que pude hasta el, de un puñetazo tire al suelo al hijoputa, luego antes de que se levantara lo cogi por la pechera y le lance desde la azotea a la calle, vuelo libre de casi 40 pisos, Rose temiendo que la pasara a ella lo mismo salio corriendo hacia el interior del edificio.

Los que quedaban allí, me miraban preguntándome con los ojos que iba a hacer, los dije que subieran, sabia que me iba a arrepentir de dejar todas las provisiones y mi equipo en la azotea, pero mi conciencia no me permita dejar a esa gente hay tirados.     Mientras ponía en marcha el helicóptero, un goteo de gente fue llegando y subiendo, debíamos estar al limite de capacidad de despegue en estacionario cuando vi aparecer el primer zombi por la puerta, era demasiado pronto, aun necesitaba algunos minutos.  De pronto un disparo certero le reventó la cabeza al zombi, mire atrás y vi a Claudia con la pistola, era una excelente tiradora.     Después de ese zombi hasta que despegamos llegaron unos cuantos mas, pero según salían por la puerta eran acribillados sin piedad por las chicas.

Volví atrás en mi camino, hasta dejar a mis pasajeros en un campamento seguro por el que había pasado el día anterior,  pero allí podrían empezar de nuevo.  En cuanto a mis chicas, las ofrecí la posibilidad de acompañarme en mi viaje de regreso, pero rehusaron,  fue una pena porque el viaje hubiera sido mucho mas ameno.