Habían pasado varias semanas desde que atravesamos Oresund, cruzando los restos de aquel inmenso puente que separaba el último reducto de nuestra civilización del territorio zombi. Ahora por fin, estábamos a salvo al otro lado del
puente, en Malmoe. Uno de los pocos lugares en el mundo donde todavía no existía la plaga zombi. Aqui apenas llegó la pandemia y la gente hacia vida con
relativa normalidad, exceptuando claro está que la humanidad seguía en guerra
contra las hordas zombies que poco a poco llegaban a Copenhague agrupandose y esperando la oportunidad de cruzar…
Fui reclutadó a la fuerza, igual que el
resto de hombres y mujeres en edad de combatir. Me asignaron a la 17ª División
de Infantería ligera de la ONU. Desde
luego que lo de “ONU” venía al pelo, la verdad, pues era una unidad compuesta
por gentes de las más variopintas nacionalidades. Mi unidad estaba acuartelada
en Malmoe y desde que me alisté el adiestramiento fue constante. Nos pasábamos
los días enteros haciendo instrucción y simulaciones de combate, a la espera de
que por fin llegara el momento.
Había persistentes rumores acerca de nuestra movilización hacia Imatra, en Finlandia,
en la frontera con Rusia, se decía que los combates eran constantes y las hordas de podridos ganaban terreno.
Una fría mañana, al alba, nos reunieron a toda la División,
necesitaban voluntarios para un proyecto secreto. No dieron detalle alguno
acerca de en qué consistía, solamente que se trataba de una operación que podría
ser decisiva para acabar con la plaga. Yo,
que siempre he sido de la opinión de que no hay que presentarse voluntario ni
para comer, en aquella ocasión, sin embargo, lo hice como medio de terminar aquellos maratonianos dias de instruccion y proseguir mi camino. La decisión estaba tomada, me presentaría voluntario.
Necesitaban cobayas humanas.
Se trataba simplemente de probar un prototipo de armadura fabricada en keblar que cubría
todo el cuerpo, impidiendo mordeduras y cualquier contacto físico con los infectados,
una indumentaria muy parecida a la de los soldados imperiales de la guerra de
las galaxias.
Al ponérmela por vez primera, sentí de inmediato que la
movilidad se reducía bastante. A pesar de los materiales ligeros y de avanzada
tecnología, era una indumentaria muy incómoda, muy mejorable en muchos
aspectos. Ademas la temperatura era altísima dentro del traje, ya que, aún estando
parados, sudábamos como pollos. Los
diseñadores eran conscientes de todos estos problemas en el diseño, pero la situacion mundial era tan desesperada,
que había que probarla cuanto antes, en el único campo de pruebas válido: El de
batalla.
Y Llegó finalmente el día D. La operación ROMEDO KILO,
trazada con la finalidad de tomar el aeropuerto de Kastrup, en la que
participábamos 500 soldados equipados con la armadura de keblar. Aquel lugar era como un Woodstock zombie. El más
difícil todavía suponía que no tendríamos ningún tipo de cobertura aérea, ni tampoco
apoyo de blindados. Solo infantería ligera equipada con su puta armadura.
Nos
montaron en 10 helicópteros CH-47 chinook
que estuvieron cerca de una hora sobrevolando el aeropuerto, hasta la
artillería arrasó la zona de aterrizaje, dejandola despejada. Tuvimos el tiempo justo para aterrizar
y bajar el equipo antes de tenerlos encima de nuevo. Nos desplegamos en abanico por el aeropuerto
eliminado a todos los grupos de zombis que encontrábamos por las pistas, las armaduras funcionaban y mas
que un combate se convirtio en una operación de limpieza.
Cuando las pistas estuvieron aseguradas entramos en las terminales, allí se encontraba una cantidad ingente de zombis. Vinó a mi mente todas las personas que intentaron tomar un avión cuando empezó la pandemia y quedo atrapada en el aeropuerto. He de reconocer que de no ser por la armadura, muchos de nosotros no lo hubieramos contado. Los podridos aparecían de la nada en la oscuridad, atancando e intentando mordernos y gracias a la armadura no lo consiguieron.
Algunas unidades no aguantaron el envite y fueron superadas por la horda, no fueron aniquiladas gracias a las armaduras, aun sin poder combatir, resistieron hasta que llegaron los refuerzos, solo un par de chicos a los que arrancaron el casco y armadura murieron. En una mañana habíamos tomado y asegurado el aeropuerto de Kastrup y la operación había sido un éxito rotundo.
Cuando las pistas estuvieron aseguradas entramos en las terminales, allí se encontraba una cantidad ingente de zombis. Vinó a mi mente todas las personas que intentaron tomar un avión cuando empezó la pandemia y quedo atrapada en el aeropuerto. He de reconocer que de no ser por la armadura, muchos de nosotros no lo hubieramos contado. Los podridos aparecían de la nada en la oscuridad, atancando e intentando mordernos y gracias a la armadura no lo consiguieron.
Algunas unidades no aguantaron el envite y fueron superadas por la horda, no fueron aniquiladas gracias a las armaduras, aun sin poder combatir, resistieron hasta que llegaron los refuerzos, solo un par de chicos a los que arrancaron el casco y armadura murieron. En una mañana habíamos tomado y asegurado el aeropuerto de Kastrup y la operación había sido un éxito rotundo.
Lastima, todo hubiera sido perfecto si en ese momento nos
hubieran recogido y nos hubieran mandado de vuelta a casa. Lo hubiéramos
celebrado tomando cervezas y follandonos unas putas. Y todo el mundo hubiera sido feliz, ellos con
sus medallas y nosotros con nuestras furcias.
Pero como siempre pasa, alguien que nunca se juega el culo quiere lucirse, va y nos jode. Así que cuando
todos estábamos felices y contentos esperando la orden de subir a los
helicópteros para regresar. Nestra teniente recibe la orden de que una
patrulla cruce la autopista E-20 que separa el aeropuerto de la ciudad y suba a
la azotea de un edifico situado en la cota A-1, con el fin de informar de los
movimientos de los zombis (que coño, yo podía informales sin necesidad de ir a
la ciudad, movimientos erráticos, hacia todas partes, hasta que nos huelen, entonces furia
frenética hasta acabar con nosotros). Y
como no, la patrulla agraciada con el premio, fue a la nuestra.
Nuestra patrulla
estaba compuesta por una teniente muy guapa con poca experiencia en combate. El que la eligió o tenia mucha fe en
ella o no sabia a que nos enfrentábamos, una sargento que dejaba pequeño al
sargento de hierro y con unos huevos que ya quisieran la mayoría de los tipos
que se creen duros, tres soldados suecos que parecían sacados de un desfile de
modelos, rubios, altos y guapos yo me lo pensaría dos veces antes de darlos
la espalda en la ducha o dejar que me cuidaran el culo (nunca mejor dicho) y por ultimo yo que era la nota discordante
del grupo y que al final siempre estaba metido en lo peores fregados.
Lo que debía de ser un desplazamiento de unos pocos
minutos con equipo normal, se convirtió en horas de marcha por culpa de la armadura, lo pesado
del equipo y los podridos que íbamos encontrando de camino y que la teniente, acertadamente dio
orden de esquivar para no llamar la atención.
Cuando llegamos hasta los primeros edificios la teniente ordeno que
subiéramos a la azotea de un grupo de viviendas de unos diez pisos. Subir esos diez pisos fueron como una pequeña
maratón, la
primera en subir fue la sargento Sorensen, despues llegue yo, aun estaba recuperando el
resuello cuando ella ya observaba con los prismáticos.
- ¿Dónde esta la teniente, la falta mucho
para llegar? - me interrogo Sorensen visiblemente preocupada.
- Creo que un par de pisos mas abajo, no tardara ¿Por
qué? ¿que pasa?- La pregunte temiéndome
lo peor, ella me paso los prismáticos señalando hacia la ciudad.
- Estamos jodidos, deben de venir miles de zombis, hay que llamar al control de misión para que salgan de aquí
echando leches.- A primera vista había mas podridos que balas teníamos en toda la
brigada.
Todas las avenidas que unían la ciudad con el aeropuerto
eran una marabunta de zombis, como un tsunami se acercaba lentamente e
imparables hacia el aeropuerto. Mire al oeste hacia el puente de Oresund y los
zombis que se amontonaban en el puente intentando cruzar a Suecia, volvían a
Dinamarca atraídos por el ruido del combate en el aeropuerto. Durante
los segundos que yo observé por los prismáticos, fue llegando el resto de la patrulla a
la azotea y asistiendo incrédulos a la llegada de los podridos. La teniente le pego un grito a Lastrum que era el soldado que llevaba el
equipo de comunicación para que reaccionara.
- Lastrum rápido saca la cámara y graba, hay
que enviar las imágenes lo antes posible – A pesar de su inexperiencia,
reacciono sin dejarse llevar por el pánico.
Mientras Lastrun grababa a la horda acercarse, la teniente llamaba
al centro de mando para informar de lo jodido de la situación.
- Fantasma 1, Control Romeo Kilo,
autentificación Cowboy, Zulu sobre
Fantasma en 5, Zulu sobre Romeo Kilo en 15, solicito evacuación inmediata.
- El comando central no contesto y la
teniente repitió el mensaje.
- Comando central me copias, hordas de zulus
encima nuestra, solicitamos evacuación aérea inmediata - Ya no era un mensaje tranquilo y sereno, sus
palabras tenían un tono desesperado.
Durante unos segundos que
parecieron eternos solo hubo silencio,
- Romeo Kilo, Fantasma 1, autentificación
Bolo, Indique numero de Zulu y mande imagen por canal codificado, evacuación
negativa. Roger - En contraposición el
operador de la base contestaba tranquilo
y relajado sin ser consciente de lo que se les venia encima.
La teniente envío las imágenes y nos tranquilizo,
estaba segura que cuando las visionaran mandarían a un helicóptero a sacarnos
de la azotea. Lo unico que para cuando vieran las imágenes
que tomamos del tsunami zombi y nos contestaron, los primeros ya habían
superado nuestro edificio y estarian cruzando la autopista..
- Romeo Kilo, Fantasma 1, Autentificación
Bolo, Abortar, evacuación inmediata, Cigüeña en camino, tiempo estimado 10
- La voz ahora sonaba mucho mas
acelerada, había cambiado radicalmente, ahora eran conscientes de lo que
tratábamos de avisarles.
- Fantasma 1, Roger - La teniente confirmo, todos nos alegramos y
procedimos a asegurar la azotea a la espera de la llegada del helicóptero de
rescate.
Atrancamos la puerta
de la azotea con todo lo que pudimos y nos dispusimos a observar el exterminio de
la procesión de podridos en el aeropuerto, como si estuviéramos en el palco de un
espectáculo deportivo, jaleábamos a los nuestros con cada infectado que caía.
Durante muchos minutos nuestras líneas de defensa repelieron sin dificultad las oleadas de zombis que llegaban, cientos de cadáveres cubrían la autopista, las ametralladoras, granadas y lanzallamas masacraban la horda sin piedad. Sorensen nos dijo que miráramos, los zombis del puente se unieron a la fiesta, creándose un segundo frente de miles de podridos . Uno con los que llegaban del puente y otro con los que llegaban de la ciudad, esto hizo cambiar el balance de la batalla, la brigada tuvo que dividirse y los zombis empezaron a ganar metros.
El tiempo pasaba y nosotros ya no estábamos seguros de la victoria, el ejército zombie seguía avanzando incansable, imperturbable a la caída de sus miembros, sediento de nuestra sangre. Poco a poco la cadencia de fuego de los defensores fue bajando, algunos soldados caían deshidratados, otros reclamaban mas munición que no llegaba, se avecinaba un combate cuerpo a cuerpo de un momento a otro. Si no hubieran tenido problemas de munición creo que incluso los hubieran mantenido a raya lo necesario, pero pasaba el tiempo y no llegaban los refuerzos. Así que, como nos teníamos empezaron los combates cuerpo a cuerpo, aquí ellos tenían ventaja, fue horrible ver como los zombis desmembraban a nuestros soldados para arrancarlos las armaduras. Al final la brigada se replegó hacia el interior del aeropuerto, dejando a muchos soldados atrás. Cuando el perímetro defensivo fue sobrepasado empezaron a despegar los helicópteros evacuando a cuantas tropas podían, el último helicóptero despego dejando en tierra a un grupo de soldados que desesperados pedían ayuda mientras los zombis tiraban de ellos hasta arrancarlos todos los miembros de su cuerpo. El helicóptero sobrevoló nuestras cabezas y en ningún momento hicieron intención de recogernos, ni siquiera creo que fueran conscientes de que seguíamos aquí, en el caos del combate y la evacuación habíamos quedado abandonados a nuestra suerte.
Durante muchos minutos nuestras líneas de defensa repelieron sin dificultad las oleadas de zombis que llegaban, cientos de cadáveres cubrían la autopista, las ametralladoras, granadas y lanzallamas masacraban la horda sin piedad. Sorensen nos dijo que miráramos, los zombis del puente se unieron a la fiesta, creándose un segundo frente de miles de podridos . Uno con los que llegaban del puente y otro con los que llegaban de la ciudad, esto hizo cambiar el balance de la batalla, la brigada tuvo que dividirse y los zombis empezaron a ganar metros.
El tiempo pasaba y nosotros ya no estábamos seguros de la victoria, el ejército zombie seguía avanzando incansable, imperturbable a la caída de sus miembros, sediento de nuestra sangre. Poco a poco la cadencia de fuego de los defensores fue bajando, algunos soldados caían deshidratados, otros reclamaban mas munición que no llegaba, se avecinaba un combate cuerpo a cuerpo de un momento a otro. Si no hubieran tenido problemas de munición creo que incluso los hubieran mantenido a raya lo necesario, pero pasaba el tiempo y no llegaban los refuerzos. Así que, como nos teníamos empezaron los combates cuerpo a cuerpo, aquí ellos tenían ventaja, fue horrible ver como los zombis desmembraban a nuestros soldados para arrancarlos las armaduras. Al final la brigada se replegó hacia el interior del aeropuerto, dejando a muchos soldados atrás. Cuando el perímetro defensivo fue sobrepasado empezaron a despegar los helicópteros evacuando a cuantas tropas podían, el último helicóptero despego dejando en tierra a un grupo de soldados que desesperados pedían ayuda mientras los zombis tiraban de ellos hasta arrancarlos todos los miembros de su cuerpo. El helicóptero sobrevoló nuestras cabezas y en ningún momento hicieron intención de recogernos, ni siquiera creo que fueran conscientes de que seguíamos aquí, en el caos del combate y la evacuación habíamos quedado abandonados a nuestra suerte.
Unos segundos después de que el último helicóptero nos sobrevolara
aparecieron dos A-10 en el cielo, soltando toda su carga de bombas incendiarias
sobre los zombis del aeropuerto, dejando achicharrados tanto a los zombis, como a los pocos soldados
que seguían vivos, también nuestros equipos de comunicación quedaron
inutilizados.
Nos tumbamos en el suelo boca abajo, no veíamos nada pero un penetrante olor a carne quemada se introducía por nuestras fosas nasales. Cuando levantamos la cabeza vimos los zombis carbonizados que se volvía a levantar indiferentes al fuego y se movían de un lado a otro echando humo.
Al poco empezamos a oírlos golpeando la puerta de la azotea donde nos encontrábamos, nos habian encontrado y venían a por nosotros. Uno de los soldados Lastrum, rompió a llorar como un niño y la sargento Sorensen le abrazo y lo consoló como si fuera su madre dándole ánimos, los otros dos soldados rubios entonces también se abrazaron, debían ser pareja y se estaban despidiendo.
Nos tumbamos en el suelo boca abajo, no veíamos nada pero un penetrante olor a carne quemada se introducía por nuestras fosas nasales. Cuando levantamos la cabeza vimos los zombis carbonizados que se volvía a levantar indiferentes al fuego y se movían de un lado a otro echando humo.
Al poco empezamos a oírlos golpeando la puerta de la azotea donde nos encontrábamos, nos habian encontrado y venían a por nosotros. Uno de los soldados Lastrum, rompió a llorar como un niño y la sargento Sorensen le abrazo y lo consoló como si fuera su madre dándole ánimos, los otros dos soldados rubios entonces también se abrazaron, debían ser pareja y se estaban despidiendo.
Yo simplemente analicé la situación, la única salida que
veía factible estaba en el edifico continuo, separado por un salto de unos tres metros a la azotea, donde de momento no había actividad zombi. Me quite la armadura quedandome en
gayumbos, todos me miraban intrigados,
pensando seguramente que estaba loco e iba a saltar al vacio. Me acerque al borde del edificio, tome impulso y
salte, agarrandome al borde de milagro, luego trepe dejandome caer sobre el suelo de grava del edifico contiguo.
- Sorensen lánzame
mi AK¡¡¡ comprobare que esta despejado - grite a la sargento.
Baje un par de pisos desnudo, solo con mi fusil de asalto, no se veían zombis, ni actividad de ningún tipo. Descendí hasta la entrada del edifico, estaba todo herméticamente cerrado, lo habían sellado como una fortaleza, afortunadamente para nosotros, inexpugnable para los podridos que golpeaban el exterior. Volví a subir a la azotea, los cinco esperaban mi llegada en paños menores, ya se habían quitado la armadura, los eche una rápida mirada. Los tres chicos parecían geyperman, de cuerpos musculosos, pulidos en un gimnasio, la sargento Sorensen tenia casi tantos músculos como ellos, solo que con un par de tetas impresionantes y por ultimo estaba la teniente, que era el prototipo de chica sueca, alta, delgada, pocas tetas, pelo rubio atado con coleta, ojos azules y un cuerpo blanco como la leche.
Baje un par de pisos desnudo, solo con mi fusil de asalto, no se veían zombis, ni actividad de ningún tipo. Descendí hasta la entrada del edifico, estaba todo herméticamente cerrado, lo habían sellado como una fortaleza, afortunadamente para nosotros, inexpugnable para los podridos que golpeaban el exterior. Volví a subir a la azotea, los cinco esperaban mi llegada en paños menores, ya se habían quitado la armadura, los eche una rápida mirada. Los tres chicos parecían geyperman, de cuerpos musculosos, pulidos en un gimnasio, la sargento Sorensen tenia casi tantos músculos como ellos, solo que con un par de tetas impresionantes y por ultimo estaba la teniente, que era el prototipo de chica sueca, alta, delgada, pocas tetas, pelo rubio atado con coleta, ojos azules y un cuerpo blanco como la leche.
- ¿Qué has visto Lamolevk , es seguro ? - Me pregunto la
teniente tapándose el cuerpo con las
manos y medio ruborizada al ver que yo no le quitaba la vista de encima.
- Si, podéis saltar, este edificio esta
limpio - conteste clavando mis ojos en los suyos y provocando su sonrojo.
Parecia que el tiempo se habia parado, cuando el sonido de la
puerta de la azotea cediendo ante el empuje zombi, lo puso de nuevo en marcha. Apremiandonos a saltar la azotea.
Parecia que el tiempo se habia parado, cuando el sonido de la
puerta de la azotea cediendo ante el empuje zombi, lo puso de nuevo en marcha. Apremiandonos a saltar la azotea.
Primero salto la sargento Sorensen, que lo hizo sobrada de metros, los demas nos lanzaron todas las armaduras, armas y demás equipo. Volvió a
crujir la puerta y vi como un podrido tenia mas de medio cuerpo dentro de la
azotea; apenas nos quedaba tiempo antes de tenerlos encima. La teniente ordeno a los soldados que
saltaran y uno a uno fueron saltando sin dificultad. Solo quedaba la teniente al otro lado cuando
la puerta cedió totalmente y los zombis entraron en tropel en dirección a ella. Todos la apremiamos para que saltara, ella
miro atrás y cogió impulso, se apresuro a dar el salto, pero las prisas la
jugaron una mala pasada y calculo mal la distancia quedándose corta. Empezaba a precipitarse al vacío cuando la
sujete milagrosamente de una mano.
Rápidamente Sorensen reacciono y me ayudo a subirla, salvándola de
milagro.
Bajamos al interior del edifico y lo exploramos para no
llevarnos sorpresas desagradables,
descubrimos una nota que habían dejado en la entrada, en ella contaban como un grupo de personas aguantaron en el
edifico un par de semanas, hasta que se acabo la comida, luego lo abandonaron y huyeron a Malmoe. Así que el edifico en principio era seguro y
lo único por lo que preocuparse era comida.
Durante el resto de la tarde mas tranquilos, nos dedicamos
a contarnos nuestra vida y milagros alrededor de una pequeña hoguera, aunque la sensación general era que no teníamos muchas posibilidades de
salir de esta ratonera con vida, hubo algunas risas,. Entonces
Sorensen se levanto, se cuadro y pidió permiso a la teniente para retirarse a
dormir acompañada de Lastrun,
la teniente dudo durante unos segundos y luego asintió con la cabeza,
Lastrun y Sorensen se cogieron de la mano y se marcharon. A continuación los otros dos chicos se
levantaron y se cuadraron delante de la teniente, no dijeron nada, no hacia
falta, ella asintió con la cabeza y también se marcharon de la mano, quedando
solos la teniente y yo sentados ante la hoguera.
- Aun no he tenido tiempo de darte las gracias
por salvarme la vida en la azotea – me dijo, levantandose y sentandose a mi lado.
- Usted hubiera hecho lo mismo por mi,
teniente no tiene importancia – la conteste, acercándome yo también a ella.
- No me llames teniente, mi nombre es Lumia –
me dijo mirandome fijamente a los ojos – Tú te llamas Iván ¿verdad? Es un nombre muy
bonito. - Me estaban echando los tejos. No quería precipitarme y continue callado escuchando su sexual voz. Bajo mi pantalon ya notaba una pequeña erección en mi
pantalón.
- Bueno pues parece que todo el mundo se esta
tomando esta como si fuera su última
noche.... – No la deje continuar y di el siguiente paso, la empecé a acariciar la espalda por debajo de su camiseta.
Me miro a los ojos llorosos, parecia triste, acerco sus labios a los míos
besándome tiernamente, después cerró
los ojos y se tumbo sobre una manta, junto a la hoguera que nos
había calentado toda la tarde. La
desabroche el sujetador y empecé a besarla el cuello, luego mas abajo, le bese
cada uno de sus pequeños senos, continúe
besándola hasta llegar al ombligo, luego
la quite las braguitas y la bese su clítoris, rubio, suave, apetitoso, durante
unos minutos no pude dejar de besar y lamer su clítoris, ella lanzaba pequeños
gemidos y se retorcía a cada segundo hasta que se corrió de placer. Entonces se incorporo y ruborizada me pidió
perdón.
- Para que te perdone, como penitencia
tendrás que subir y bajar las escaleras diez veces, con la armadura, claro – la
dije en tono de broma.
Por primera vez la vi reírse.escondia una bonita sonrisa detras de la seria cara de soldado.
- Es mi turno Ivan, túmbate y déjame – Ella ordeno y yo como buen soldado obedecí sin rechistar.
Lumia se agacho y se introdujo mi polla en la boca, yo pensaba
que su intención era hacerme una felación, pero me equivocaba, tan solo la
estaba lubricando con su saliva Cuando termino,
la cogió con la mano y la introdujo en el clítoris, lo tenia pequeño, muy apretado,
seguramente ese era el motivo de que antes de introducírsela en el clítoris lo
hiciera en su boca. Cuando entró
totalmente hasta el punto que nuestro
vello púbico se rozaba, ella soltó un gemido mezcla de placer y de dolor, pero continúo balanceando sus caderas
adelante y atrás sin sacársela.
Yo la masajeaba las tetas y disfrutaba viendo su cara de placer. Conforme fue cogiendo holgura, ella empezó a
subir y a bajar sobre mí transformándo sus primeros gritos de dolor en
gemidos de placer. Yo aun no había
eyaculado cuando ella se corrió por segunda vez,
- Esto no me había pasado nunca, mi novio
siempre se corre mucho antes que yo – me confeso entre avergonzada y feliz, con una sonrisa que le cruzaba
la cara.
- Pues esto acaba de empezar, prepárate
porque yo aun estoy en el precalentamiento – Lumia volvió a
sonreír.
- Bueno voy a intentar que ahora seas tu el
que te vacíes dentro de mi – me dijo a la vez que se giraba y colocaba a cuatro patas con el
culito en pompa delante mía.
- ¿Me estas provocando? - La dije
- ¿Me estas provocando? - La dije
- Mi novio no aguanta ni
dos segundos cuando me pongo en esta postura – me dijo sonriendo mientras movía
el culito rítmicamente a un lado y a otro.
Me arrime a su culo y la embestí por el clítoris como un animal, la polla la
entro como cuchillo en mantequilla, nada que ver con la primera penetración,
cuando ella noto que yo estaba a punto de caramelo, me pregunto si me apetecía
correrme en su cara, yo asentí entonces se giro y coloco su cara a unos
centímetros de mi pene, la pedí que abriera la boca y conforme la abría una
sacudida de semen la cubrió, dejando su boca y su cara
impregnada de mi caliente fluido.
- Todavía me ganas 2 -1, creo que lo justo es
que me des la oportunidad de empatar a dos – la dije pensando en volvérmela a
follar mientras ella se limpiaba la cara con un pañuelo de papel.
- 2-2, yo pensaba que por lo menos
llegaríamos a un 5-5 – Ahora era ella la que
me picaba para continuar con la faena.
- Si esto va a ser tan largo y placentero
como yo imagino, es mejor que busquemos una cama cómoda para pasar la larga noche
- La subí a cojoletas encima mía y
la lleve en brazos a una habitacion.
Por la mañana nos juntamos los seis para decidir la
estrategia a seguir, estaba claro que de
nada serviría esperar, no teníamos comida y como nos daban por muertos no era
probable que vinieran a rescatarnos.
Desde mi punto de vista el camino de vuelta pasaba por el puente de
Oresund, ya fuera por arriba o por abajo.
Todos estuvieron deacuerdo conmigo, pero había que elaborar un plan.
La idea era simple, la ejecución ya veríamos como
salía. Uno de nosotros debía de
sacrificarse para distraer a los podridos, entonces los otros cinco buscaban
uno de los vehículos abandonados en la cuneta de la autopista E-20 y cruzaban
el puente. La primera en ofrecerse
voluntaria como señuelo fue Lumia, pero no la dejé, decidimos echarlo
a suerte. Afortunadamente confiaron en
mi para hacer el sorteo y pude amañarlo para ser yo el desafortunado
sacrificado. Era la única forma de
seguir mi camino a Rusia dejando el ejército de la ONU de forma discreta y
gloriosa.
Dejamos pasar unos días para que la horda se fuera
disolviendo, el tiempo justo para acabar con las raciones de combate que
llevábamos y para enseñarle el kamasutra a Lumia, después de aquello no creo
que volviera con su anterior novio ni de coña.
Una mañana agarre el fusil de asalto, ni siquiera iba a llevar armadura para poder correr más rápido y me prepare para salir. Besé en los labios a Lumia que salio de la habitacion para que los demas no la vieran llorar. El resto me dieron ánimos, me juraron que no me olvidarian y se pusieron sus armaduras para escapar, era imposible distinguir quien era quien, mas que por el pequeño nombre que tenían en el pecho de la armadura.
Una mañana agarre el fusil de asalto, ni siquiera iba a llevar armadura para poder correr más rápido y me prepare para salir. Besé en los labios a Lumia que salio de la habitacion para que los demas no la vieran llorar. El resto me dieron ánimos, me juraron que no me olvidarian y se pusieron sus armaduras para escapar, era imposible distinguir quien era quien, mas que por el pequeño nombre que tenían en el pecho de la armadura.
Salte desde la ventana del primer piso sobre un coche,
abollando su techo y corrí en dirección al mar disparando al cielo para atraer
a todos los podridos, mire atrás y vi que el plan estaba surtiendo efecto. Los
zombis que había cerca del edificio ahora me seguían a mi.
Conforme corria, los podridoss que me encontraba de cara los esquivaba sin problemas o los abatía con certeros disparos a la cabeza. Después de unos minutos corriendo me pareció oír el motor de un vehículo que se alejaba, saber que los demás estarían a salvo me dio renovadas fuerzas.
Cuando por fin llegue la parque de Kastrup, que aproximadamente estaba a unos doscientos metros del puerto, el AK dejo de disparar, se había encasquillado, paré un instante a arreglarlo, pero al mirar a mi espalda me di cuenta que no había tiempo. Un enorme zombi rubio y alto con un vendaje en el cuello estaba a punto de cogerme. Le lance el fusil a la cabeza y sin siquiera mirar si le había dado corrí hacia al puerto. En el muelle se encontraban un par de zombis que alertados por el ruido que hacían sus compañeros se dirigian a mi, eran el único escollo hacia mi salvación. Al primero lo reconocí, aun llevaba parte de la armadura de combate, era un soldado polaco con el que yo había hablado un par de veces, mal final había tenido el pobre, le embestí con el hombro impactando en la armadura, lo que le hizo salir disparado un par de metros, el segundo era un zombi carbonizado, no me atreví a tocarlo, simplemente le hice un quiebro en el ultimo segundo y cayo de bruces.
Cuando llegue al muelle volví a mirar atrás, muchos zombis se acercaban desde todas las direcciones. Tome aire y salte de cabeza al agua, sin siquiera saber la profundidad o que podía encontrar en el agua, me daba igual, cuando entre en el agua helada de Oresund sentí un placer y un alivio similar al primer polvo que le eche a Lumia.
Conforme corria, los podridoss que me encontraba de cara los esquivaba sin problemas o los abatía con certeros disparos a la cabeza. Después de unos minutos corriendo me pareció oír el motor de un vehículo que se alejaba, saber que los demás estarían a salvo me dio renovadas fuerzas.
Cuando por fin llegue la parque de Kastrup, que aproximadamente estaba a unos doscientos metros del puerto, el AK dejo de disparar, se había encasquillado, paré un instante a arreglarlo, pero al mirar a mi espalda me di cuenta que no había tiempo. Un enorme zombi rubio y alto con un vendaje en el cuello estaba a punto de cogerme. Le lance el fusil a la cabeza y sin siquiera mirar si le había dado corrí hacia al puerto. En el muelle se encontraban un par de zombis que alertados por el ruido que hacían sus compañeros se dirigian a mi, eran el único escollo hacia mi salvación. Al primero lo reconocí, aun llevaba parte de la armadura de combate, era un soldado polaco con el que yo había hablado un par de veces, mal final había tenido el pobre, le embestí con el hombro impactando en la armadura, lo que le hizo salir disparado un par de metros, el segundo era un zombi carbonizado, no me atreví a tocarlo, simplemente le hice un quiebro en el ultimo segundo y cayo de bruces.
Cuando llegue al muelle volví a mirar atrás, muchos zombis se acercaban desde todas las direcciones. Tome aire y salte de cabeza al agua, sin siquiera saber la profundidad o que podía encontrar en el agua, me daba igual, cuando entre en el agua helada de Oresund sentí un placer y un alivio similar al primer polvo que le eche a Lumia.
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